Según informes de los paramédicos, la estrella musical aparentaba llevar bastante tiempo sin vida. El aviso de atención médica se produjo a las 9.43 horas, después de que su asistente, Meron Berkure, y su amigo íntimo Kirk Johnson le encontraran sin vida en el ascensor de su residencia. Pasados algo más de 25 minutos, era declarada la muerte.
Aunque los análisis forenses todavía no se han hecho públicos, cobra cada vez más protagonismo su adicción a los opiáceos como posible causa del deceso. A principios de mayo, el mismo medio de comunicación informó de la presencia de Percocet en su organismo, un opiáceo analgésico que ayudaba al cantante a paliar los dolores que padecía desde que fue operado de necrosis en una cadera en el año 2010.
Cuando los servicios médicos y la policía acudieron a la mansión del ganador de un Oscar se encontraron con el médico Andrew Kornfeld, hijo de un eminente especialista en adicciones, Howard Kornfeld, con el que el entorno del artista había contactado para paliar su enganche al fármaco. Además, se ha sabido que durante las últimas semanas, el doctor Michael Todd Schulenberg estuvo tratándole de sus problemas con el medicamento y el día antes de su muerte un miembro de su personal hizo una llamada a Nueva York buscando el consejo de una persona que había trabajado recientemente con el compositor de Purple Rain.