El pasado 4 de mayo, y tras un enorme revuelo mediático que tuvo en vilo a Reino Unido, se anunció la jubilación del conde de Merioneth. "El príncipe Felipe atenderá a partir de ahora y hasta agosto los compromisos programados, tanto individuales como de acompañante de la reina. A partir de entonces, no aceptará nuevas invitaciones para visitas y compromisos, aunque pueda elegir ciertos eventos públicos ocasionalmente", decía el comunicado de palacio. Una decisión personal del barón Greenwich, que el pasado 10 de junio alcanzó los 96 años.
Este evento es muy especial para Felipe de Edimburgo, ya que es el capitán general de los marines reales. Distinción que le fue concedida en el año 1953 después de la muerte de su suegro, el rey Jorge VI. A lo largo de este año, el príncipe ha acudido a 52 actos oficiales, tres más que su esposa y nueve más que su nieto William.
El pasado 20 de junio, 10 días después de su cumpleaños, Felipe fue ingresado en el hospital King Edward VII de manera preventiva tras sufrir una infección que le impidió acompañar a su esposa durante la apertura del Parlamento británico. Sin embargo, el consorte se recuperó del pequeño bache y estuvo al 100% durante la visita oficial de los Reyes de España.