La triste y circense vida del elefante que inspiró Dumbo

Miguel Hidalgo Pérez 29/03/2019 13:50

Orejas grandes, mirada inocente y capaz de volar. Así apareció por primera vez Dumbo en el séptimo arte gracias al filme de Walt Disney de 1941, que a su vez se inspiró en libro homónimo infantil escrito por Harold Pearl. No obstante, ambas obras provienen de la triste vida de un paquidermo llamado Jumbo.

Como era de esperar, Jumbo no vino al mundo a través de una cigüeña como refleja el largometraje de animación. Realmente nació en las navidades de 1860 en Sudán y si algo hay cierto entre ficción y realidad es que fue separado de su madre. Aunque para capturarle en Abisinia, los cazadores asesinaron a su progenitora.

Posteriormente transportaron al animal en barco hasta París, donde fue intercambiado por un rinoceronte procedente del zoológico de Londres, siguiente destino del elefante africano. El origen de su nombre es confuso, ya que hay varias teorías.

Una de ellas es que se lo puso su cuidador Matthew Scott, siendo el resultado de la fusión de 'jambo', hola en suahili, y 'jumbe', que traducido es jefe. Otra indica que fue un trabajador de origen indio, Anoshan Anathajeyasri, quien le nombró por primera vez a partir de 'jambu', el nombre que reciben en India el pomarrosa, un árbol que da grandes frutos.

Tal y como refleja el documental Attenborough and the Giant Elephant de BBC, Scott durmió junto al elefante, dentro de su jaula, durante varios meses. De esta manera se creo un vínculo especial entre ambos.

Los elefantes rosas y el alcohol

Y sí, llega la parte que muchos estaban esperando y que hace referencia a la psicodélica escena de los elefantes rosas en la película de animación. Y es que en esta parte, Dumbo sufre alucinaciones debido a una borrachera, algo que conoció bien Jumbo.

Al llegar a su adolescencia animal comenzó a tener una actitud agresiva por las noches, por lo que, para tranquilizarle, Scott le daba de beber whisky. Sin embargo, estas ingestas del destilado, unido a los pasteles y dulces que le daban los asistentes del espectáculo, dañó su dentadura y sistema digestivo, padeciendo unos dolores horribles que reflejaba destrozando todo.

El sueño americano y la fatalidad

Con el paso del tiempo, Jumbo y Scott se convirtieron en estrellas del espectáculo, llegando a montar sobre el animal unos jovencísimos Winston Churchill, que años más tarde sería el primer ministro de Reino Unido, y Theodore Roosevelt, que alcanzó la presidencia de Estados Unidos en 1901.

Sin embargo, los dueños del zoológico de Londres, antes de que ocurriera alguna desgracia, le vendieron a la compañía circense de P.T Barnum, reconocido empresario circense al que dio vida Hugh Jackman en el biopic El gran showman.

Ya en Estados Unidos, el elefante africano, que había recorrido medio mundo, participó en desfiles como el que encabezó junto a otros 20 ejemplares para inaugurar el puente de Brooklyn, Nueva York, y así demostrar la fiabilidad del mismo.

La fatalidad le llegó en 1885 en Ontario, Canadá, donde una locomotora arrolló al paquidermo, provocándole graves heridas internas que derivaron en su muerte. Por su parte, para continuar el espectáculo, Barnum aseguró que Jumbo estaba en ese momento protegiendo a una cría de elefante.

Aquel pequeño elefante que fue separado de su madre, acabó muriendo con tan solo 24 años. Un espécimen de elefante africano en libertad puede llegar hasta los 70. Tras su fallecimiento, Barnum vendió su esqueleto, que actualmente está en el museo de historia natural en Nueva York, e hizo disecar su cuerpo. La sorpresa de los taxisdermistas fue mayúscula cuando encontraron un gran número de monedas en su estomago.

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