La aerolínea Singapore Airlines ha indemnizado a una pareja con 1.300 euros por aguantar los gases y resoplidos de un perro en un vuelo, entre París y Singapur, de 13 horas. Los hechos ocurrieron el pasado mes de junio cuando Gill y Warren Press decidieron coger un avión sin saber lo que ocurriría durante el largo trayecto.
El animal- un cruce de bulldog- tenía problemas de gases y la pareja no podía aguantar la terrible situación, así que le pidieron a la azafata cambiar sus asientos. El problema llegó cuando les informaron de que solo había asientos libres en la clase turista, así que la pareja decidió quedarse en sus asientos de primera clase.
Pese a que la azafata les ofreció dos asientos en clase turista, e incluso aquellos reservados para los auxiliares de vuelo, la pareja rellenó un informe para transmitir la queja a la compañía. Después, la empresa le ofreció una disculpa y unos cheques de 69 euros. Pero no lo vieron suficiente.
Tras varias discrepancias con el precio, ambas partes llegaron a un acuerdo de 1.300 euros en total, lo que suponía el precio total del billete. “Si hubieran querido ser realmente amables, podrían habernos dado mucho más”, así lo declararon según La República.
“En los casos en que los clientes sentados junto a un perro de asistencia soliciten ser movidos de asiento, les ayudaremos a volver a sentarlos en la misma cabina si el espacio lo permite”, afirmó la empresa. “En este caso, no pudimos trasladar a los señores Press dentro de la misma cabina, porque la clase turista premium estaba llena”, concluyeron.
La pareja utilizó el dinero para donarlo a una organización de perros guía en su país y recalcaron que se sentirían más cómodos si les avisaran con antelación de la presencia de un animal durante el vuelo.