Jesús y Alejandro, la amistad entre un enorme caimán de cuatro metros y un guía turístico en Bolivia

  • Jesús y Alejandro son amigos desde hace un tiempo, su relación se basa en la comida

  • El hombre se ha ganado el corazón del enorme reptil alimentándolo todos los días

  • Jesús, un caimán de cuatro metros, aparece con el "tiempo seco", según Alejandro

Jesús, un caimán de unos cuatro metros de largo, se ha convertido en un atractivo turístico de las Pampas del Yacuma, en Bolivia. Los ciudadanos deben desplazarse en canoas o pequeñas embarcaciones a motor por aguas pantanosas hasta el lugar donde vive el reptil.

Y es que este caimán es especial, ya que guarda muy buena relación con su cuidador. Según un vídeo publicado por medios locales, se puede ver al animal atendiendo la llamada de Alejandro, un guía turístico. La grabación muestra en primera instancia a una embarcación con los motores apagados y cerca de la orilla. Entonces, se escucha: "¡Jesús!", "¡Jesús!, venga pa acá".

Tras los primeros gritos no se observa ninguna señal del animal. No obstante, tras indicar el cuidador dónde se encuentra su "cueva", y llamarlo por segunda y tercera vez, el caimán aparece. Una niña comenzó a llorar al verle aparecer. "Si lloras, va a venir tras nosotros", le dice su madre con la intención de guardar silencio.

Alejandro alimenta al reptil todos los días y han forjado un estrecho lazo

"¡Jesús!, venga!", le dice el hombre al caimán y, de pronto, se le ve nadando en el agua turbia. El hombre comienza a sacar alimento de una bolsa, se la va arrojando poco a poco, y después le acaricia la gruesa cola cubierta de escamas.

Jesús se queda quieto esperando a que le proporcionaran comida y no hace ningún movimiento brusco que haga pensar en que los allí presentes corren peligro. De hecho, el animal solamente sigue las indicaciones de su cuidador para conseguir la comida. Según Alejandro, el reptil aparece con el "tiempo seco".

Alejandro alimenta al reptil todos los días y han forjado un estrecho lazo que incluso permite las caricias. Aunque Jesús sigue siendo una especie salvaje con una peligrosa dentadura que en cualquier momento puede preferir como comida a su nuevo mejor amigo.