Castigo ejemplar a una niña de nueve años por acosar a su mejor amiga en clase

telecinco.es 14/06/2018 08:14

Amanda Mitchell, una madre canadiense residente en Terranova, no podía dar crédito al comportamiento de su hija con una de sus mejores amigas del colegio y decidió darle a su hija una lección que no olvidara: sacó todas sus cosas de la habitación menos la cama y un par de prendas de ropa. Además, contó la iniciativa en Facebook aclarando que su hija ya no tenía ninguna posesión y que vestiría toda la semana con la misma camiseta antiacoso. También, la pequeña de nueve años, tendría que escribir 50 veces "no mentiré", "seré amable con todos", "soy responsable de mis propias acciones" y "me comportaré en la escuela".

Amanda cuenta en Facebook, según recoge 'Dailymail', que no está acostumbrada a publicar este tipo de cosas pero que se sintió tan "disgustada y decepcionada" que decidió darle a su hija un castigo ejemplar y que todos, conocidos y extraños, lo supieran.

La pequeña llevaba unos días molestando a una de sus mejores amigas, incumpliendo reglas en el colegio e, incluso, mintiendo a sus profesores. Amanda no estaba dispuesta a consentir este comportamiento ya que si con nueve años viola la ley cuando sea un poco más mayor "le esperará la cárcel" y eso no es lo que esta madre canadiense quiere para su hija.

Amanda defiende que la generación de su hija no está acostumbrada a este tipo de castigos porque está creciendo en el la cultura del refuerzo positivo y esto no siempre funciona. Además, no cree que la lección que le dio a su hija sea tan dura. Sin embargo, en la Red hay opiniones de todo tipo, desde los que piensan que es un ejemplo a seguir hasta los que critican su manera de actuar y la califican de demasiado dura.

Sobre cómo asumió la pequeña el castigo, y según recoge 'Metro', esta madre cuenta que, al principio, se sorprendió mucho al ver vacía su habitación pero que inmediatamente entendió que lo había hecho mal y se mostró "muy arrenpentida". Una reacción que le sirvió a Amanda para reducir ligeramente el castigo de su hija y le permitió usar cuatro camisetas antiacoso en vez de una a lo largo de toda la semana.