El impactante antes y después de un enfermero que sobrevivió al coronavirus: perdió 23 kilos

  • Pasó seis semanas sedado e intubado en la UCI

  • Muestra con sus fotos los efectos devastadores del coronavirus

  • Perdió 23 kilos durante sus ocho semanas de hospitalización

El increíble cambio físico de un hombre enfermo de coronavirus se ha vuelto viral en redes sociales. Mike Schultz, de 43 años y residente en San Francisco (EEUU), no ha dejado indiferente a nadie tras subir las fotos de su cuerpo antes y después de superar la COVID-19. En ellas se aprecia los estragos que la hospitalización ha causado en él.

Con un cuerpo de lo más atlético, este enfermero de profesión se contagió de coronavirus el pasado 16 de marzo tras viajar a Miami con su novio, el DJ Josh Hebblethwaite, de 29 años, para asistir al Winter Party Festival.

Tras pasar seis semanas sedado e intubado, Mike ha querido compartir sus fotografías y contar su historia para demostrar que "puede ocurrirle a cualquiera".

Con sus imágenes, quedan al descubierto los efectos devastadores del coronavirus en el organismo de las personas a las que ataca: “No importa si eres joven o viejo, si tienes enfermedades previas o no”, confesaba Mike en una entrevista con el portal BuzzFeed.

Este enfermero recuerda que cuando despertó estaba muy débil. Esa fue una de las partes más frustrantes: "No podía sostener mi teléfono móvil, pesaba mucho. Tampoco podía escribir porque mis manos temblaba”, cuenta Mike que confiesa que durante su lucha con la enfermedad perdió 23 kilos, de 86 pasó a pesar 63.

Fue cuando empezó a recuperarse, a sentirse un poco más fuerte, cuando este popular enfermero de Instagram decidió subir sus fotografías a la Red para mostrar a sus 30.000 seguidores las huellas del coronavirus en su cuerpo.

La primera de las imágenes, en la que se le ve saludable y atlético había sido tomada apenas un mes antes de que cayera enfermo. El montaje se viralizó en pocos minutos. Junto a la fotografía, Mike escribió un texto: “Quería mostrarles a todo el mundo lo malo que puede ser estar sedado por seis semanas conectado a un respirador o intubado...”.