Jesé Rodríguez ya había disputado algunos partidos con el primer equipo, pero fue en la pasada temporada comenzó a demostrar lo que se esperaba de él desde los 14 años, edad en la que ingresó en la fábrica blanca. El jugador canario demostró su capacidad de desequilibrio y se mostró como un jugador explosivo en los 18 encuentros que disputó en la Liga BBVA, anotando 5 goles y mostrándose como una pieza importante en los esquemas de Carlo Ancelotti saliendo desde el banquillo o incluso en el once inicial.
No menos impactante fue la actuación de Rafinha en el Celta de Vigo, donde ejerció de líder a pesar de su juventud recordando a los tiempos de su padre Mazinho. El pequeño de los Alcántara, ahora de vuelta en el FC Barcelona, disputó 33 partidos en los que marcó 5 goles y ayudó al conjunto gallego a lograr la permanencia, con una madurez que hicieron que Luis Enrique decidiera que emprendiese a su lado el mismo camino de vuelta al conjunto azulgrana.
Del mismo modo, la polivalencia y seguridad de Saúl Ñíguez en su etapa en el Rayo Vallecano la temporada pasada le convierten en otro digno candidato al galardón. El centrocampista ilicitano se convirtió en uno de los fijos del once de Paco Jémez siendo clave en la andadura del conjunto franjirrojo gracias a su progresión, que le ha valido para regresar al campeón de Liga, el Atlético de Madrid, tras 37 encuentros aen Vallecas.