Todavía sigue aspirando a todo el Barça, cierto, pero el entorno blaugrana está más que alterado, está inmerso en una especie de rebelión contra todo lo que huele a mando. El presidente, Josep Maria Bartomeu, anunció el miércoles que habrá elecciones presidenciales anticipadas a final de temporada, después de destituir al hasta entonces director deportivo, Andoni Zubizarreta, y de ver la dimisión de su ayudante y capitán del primer equipo hasta el pasado año, Carles Puyol.
Una cabeza cortada, la de Zubizarreta, después de un 'rifirrafe' público en declaraciones del exportero del 'Dream Team' a Canal+ al término del partido que los blaugranas perdieron en Anoeta contra la Real Sociedad (1-0). Esa derrota, además, propició malestar en una afición que vio cómo se dejaba escapar la oportunidad de presionar a un Madrid que también había perdido en Mestalla (2-1).
Por si la destitución de 'Zubi' fuera poco, salió Luis Enrique a defender la honestidad del vasco y su buen trabajo, asegurando que su figura se debilitaba sin la presencia del exdirector deportivo. Pero si por algo parece perder peso el técnico asturiano es por el debate, quizá infundado e inventado por prensa y entorno, que asegura que hay mala relación entre él y el crack Leo Messi, quien en palabras de Bartomeu, debe ejercer el "liderazgo" en el campo y vestuario.
Sea como sea, lejos de debates y rumores, lo cierto es que son tiempos convulsos para un Barça que, en lo deportivo, quiere mejorar para ganar y calmar los nervios de todos. Quiere tranquilidad, y eso pasa por dejar atrás los malos resultados. En la Copa, en la ida de los octavos de final, arrolló al Elche (5-0) con goles de Neymar por partida doble, de Alba, Suárez y de Messi, este de penalti, con lo que deja su pase a los cuartos ya hecho a expensas del trámite de la vuelta.
Aunque no se pueda tomar como referencia clara, esa victoria sí puede ser la base para un triunfo ante el Atlético de Madrid que sí podría hacer de bálsamo, pues no hay que olvidar que los 'colchoneros' ganaron la pasada Liga en el Camp Nou en un partido que acabó por hundir al 'Tata' Martino. Luis Enrique, su sucesor, y en quien muchos veían al salvador del equipo, puede hacerse valer ante un Diego Simeone que llega a esta importante cita tras vencer, por tercera vez consecutiva, al Real Madrid.
EL ATLETI, CON LA MORAL POR LAS NUBES
El triunfo rojiblanco en la ida de los octavos de la Copa (2-0) les deja en buena situación para la vuelta en el Bernabéu, aunque primero se centran en este choque liguero. Si los atléticos ganan al Barça les pasarán en la clasificación y quedarán segundos, justo por detrás de un Real Madrid que no falló en casa ante el Espanyol (3-0) y que todavía tiene un partido por disputar, el aplazado debido al Mundial de Clubes.
Así, es un duelo directo entre dos aspirantes metido en un calendario apretado. Si el Atlético no puede aflojar en Liga pero sabe que se juega todo ante el eterno rival en la Copa, pues el 2-0 no da nada por sentado, el Barça sí tiene esa relajación de haber hecho los deberes en la competición copera pero vivirá un plebiscito. Con el campo lleno, no como ante el Elche, y más presencia de socios, habrá que ver cómo se recibe a Bartomeu, a Luis Enrique, y al equipo. El socio blaugrana hará un sondeo presidencial a buen seguro.