Más de una centena de seguidores saltaron al césped del estadio Olímpico de Estambul y fueron disuadidos por la policía, que utilizó gases lacrimógenos para frenar las acciones de ambas aficiones, informó CNN Turk, instantes después de la expulsión de Melo.
El Galatasaray, que iba ganando 1-2, envió a sus jugadores al vestuario para intentar convencer al árbitro de la suspensión completa, decisión que le hubiera dado la victoria. Sin embargo, el Besiktas --cuyos seguidores han tenido problemas con la policía-- quiso jugarlo a toda costa, algo que no consiguió.
La decisión deberá ser tomada por la Superliga turca, aunque todo hace indicar que se dará por bueno el 1-2 que campeaba en el marcador a falta de tres minutos para el final. La afición del Besiktas, relacionada en la lucha contra el Gobierno, acabó gritando sobre el campo: "En todas partes es Taksim, en todas partes es la resistencia".