El partido no fue nada cómodo para los locales, quienes acusaron durante los primeros minutos del encuentro la sensación de tener la eliminatoria cerrada. El gol en el minuto 32 del Barcelona aumentó la inseguridad del conjunto local y el técnico Renato Gáucho se desesperaba al ver cómo el Gremio no era capaz de jugar con la ventaja en la eliminatoria.
De esta manera, el Barcelona SC mantenía posesiones largas y conseguía acabar la mayoría de jugadas, aunque sin la precisión necesaria. En la segunda parte, misma intensidad de los visitantes que cerca estuvieron de poner el 0-2 en el marcador en un disparo de Esterilla que golpeó en el palo y que podría haber añadido mucha emoción a los minutos finales.
Tiempo después vendría la respuesta de un Gremio que había salido con una marcha más durante el segundo tiempo. Primero, un palmeo crucial del guardameta Banguera para que los locales no consiguieran el empate, y minutos después, un cabezazo del brasileño Jael, que salió en la segunda parte, que también fue repelido por el poste.
Gremio, campeón de la Libertadores en dos ocasiones, aguantó su ventaja de la ida sin más sustos y volvió a la final del máximo torneo sudamericano de clubes diez años después de perder precisamente ante otro rival argentino, el histórico Boca Juniors. La final ante Lanús, que dejó fuera a River Plate, dará comienzo el 21 de noviembre en Porto Alegre, con la vuelta en Buenos Aires una semana más tarde, y el ganador logrará el billete para el Mundial de Clubes.