"No sé temblar, me enseñaron a ser valiente. Es el mejor momento para recibir al Barça, para que la afición siga disfrutando un año más y no hay ninguna razón para temblar. Es una oportunidad para ganar prestigio y ver la medida que puede dar el equipo", manifestó en rueda de prensa.
El técnico aseguró no tener miedo "pero sí mucho respeto" a los blaugranas. "Tenemos mucho respeto a todos los equipos y el Barcelona no es una excepción. Es un orgullo y un placer enfrentarnos a ellos y poder competir. Hay que sentir alegría, ilusión y saber competir. Podemos aprender mucho mañana, porque de los mejores siempre se aprende", argumentó.
Y para hacer mayor este aprendizaje y lograr algo positivo el canario sabe que habrá que hacer las cosas "muy bien". "A un partido puede pasar cualquier cosa si las hacemos como habitualmente, sabemos que podemos tener opciones. El equipo ha trabajado muy bien y la idea es hilar muy fino y cometer los menos errores posibles. Si yo no salgo creyendo que se puede ganar no tengo ninguna posibilidad. El hecho de ser creyente es una obligación. Tenemos que creer sí o sí, no hay otra posibilidad", señaló.
"El Barca le gusta a todo el mundo. Cuando llega un entrenador conlleva tiempo asentarse. Noto diferencias respecto a la época de Guardiola. Ha cambiado respecto a la presión, no es tan intenso, tan presionante. En la época de Tito también lo era pero menos. Creo que ahora lo es menos, están potenciando otras cosas. Humildemente creo que es la diferencia más grande", apuntó sobre las diferencias del Barça de Martino.
"CUANDO NOS DIERON UNA TORTA, NOS VINO BIEN".
Por otro lado, Jémez aseguró que "da igual" el resultado de la semana pasada (5-0 en contra en Málaga) porque no les hará daño en la competición. "Somos el equipo más pequeño, el más humilde, y debemos entender que la competición nos va a dar hostias muy gordas. La gente se preocupa demasiado por el 5-0 y a nosotros no nos hace daño nada. Por muy gorda que sea la torta no podemos permitir que dañen nuestra moral. Somos un equipo de trabajadores, de currantes y si este año toca sufrir como perros hasta el final estamos preparados. Es lo normal, lo anormal es lo del año pasado", argumentó.
"El mensaje lo tenemos claro. Cuando dije que estábamos un metro por encima del suelo es porque después del Elche nos creímos que iba a ser así toda la temporada. Es bueno creer que somos mejores de lo que somos, pero en el momento que nos acomodamos conseguimos menos o nada. El año pasado, cuando nos dieron una torta, nos vino bien", aseguró en este sentido.