No fue la primera entrevista del torneo, ni será la última. 'Jess' y 'Emy', como las llama su entrenador, no se sienten "un bicho raro". "Nuestro sueño es llegar a ser jugadoras profesionales ¿por qué no? En Canadá se valora mucho el fútbol y -por ejemplo-- nuestro equipo nacional fue bronce en los últimos Juegos Olímpicos", explicaron a Europa Press.
Emily, a sus 12 años, dispara desde cualquier lado y conduce el balón con la cabeza bien alta, fundamentos que adquirió desde bien pequeña. "Llevamos mucho tiempo jugando y siempre queremos mejorar. Aquí nos hacen muchas bromas, pero lo llevamos bien, lo pasamos genial con el resto de chicos", añade la número 7, una centrocampista 'todoterreno'.
En un país donde el 'football' sigue siendo el 'soccer', la inversión canadiense en la formación de este deporte ha ido creciendo sin freno desde 2006. Hasta tal punto que sólo cuenta con 120.000 licencias menos que España. Sin embargo, el despegue está costando porque sus principales equipos masculinos prefieren disputar la Major League estadounidense. "Nosotras nos fijamos en las chicas, en llegar algún día al equipo nacional", añaden.
"Sólo en mi ciudad hay cuatro equipos de niñas y todo el mundo los conoce. Allí podemos jugar con los chicos hasta los 8 ó 9 años, pero todo lo demás es competición sólo femenina", explicó Jessica, que no perdía la sonrisa después de haber marcado un gol a México en los octavos de final. Su entrenador lo corrobora: "Su presencia en el equipo es determinante, no se trata de un gesto de corrección política".
Canadá quedó eliminada, pero su nivel en la Danone Nations Cup fue notable. De hecho, pudieron derrotar a Brasil en el último partido de la fase de grupos. "Parecía que ya éramos campeonas", asevera Emily, que comparte ídolo de referencia con su compañera: la emblemática delantera Christine Sinclair. "¿España? ¿Son los campeones del mundo, verdad?", preguntaron las valientes jugadoras de Canadá.