El encuentro, reedición de la final vivida en 2010, comenzó a desequilibrarse en el minuto 27, cuando los de Luis Miguel Ramis se adelantaron en el marcador de la mano de Tomás, tras un gran pase de su compañero Ismael Cerro. Al borde del descanso, el árbitro pitó penalti con el que se encargó Benavente, tras fallarlo, de poner el 2-0 al borde del descanso ande la desolación de los jugadores del conjunto vasco.
En la reanudación, el Athletic se vino arriba en busca de la heroica en la que el jugador Yurgi Oteo pudo conseguir el primero para los vascos tras un potente disparo desde el vértice que se fue por encima del larguero.
En unos segundos 45 minutos más igualados, con un público que llenaba el estadio en una agradable tarde-noche, el Real Madrid cerró definitivamente el partido por medio de, nuevamente, Benavente y Carrallo, que marcó tras salir al terreno de juego. Con esta victoria logró su duodécimo título de la historia.