Olazabal: "Cuando veo la mirada y el espíritu de Poulter, veo parte de Seve"

EUROPA PRESS 05/10/2012 13:00

"Sabiendo el juego corto que tenía, igual 'Seve' echó una mano desde arriba el domingo"

"Los dos 'fourballs' finales del sábado fueron claves, cambiaron la tendencia"

El golfista español José María Olazabal hizo este vienes un repaso a la victoria en la Ryder Cup, alabando sobre todo al inglés Ian Poulter, del que subrayó que cuando ve su "mirada y espíritu" le hace acordarse del fallecido Severiano Ballesteros, que "igual echó una mano desde arriba" en el espectacular domingo que tuvieron los europeos.

"No es la primera vez que ha estado así, lo ha hecho en las tres. Lo que hizo el sábado lo hacen muy pocos, no me sorprendió. En Celtic Manor, les daba a todos palabras de apoyo, y me puse enfrente de él, le miré a los ojos y tenía intención de decirle algo, pero con esa mirada vi que estaba listo. Cuando le veo en la Ryder, esa mirada que tiene y ese espíritu, veo parte de 'Seve' y se lo dije", señaló Olazabal en una extensa rueda de prensa en Madrid, junto a la presidenta de honor de la RFEG, Emma Villacieros, y del director de la Ryder del Circuito Europeo, Richard Hills.

Y es que la figura del de Pedreña sigue siempre muy presente. El de Fuenterrabia vivió "momentos inolvidables" con el cántabro, al que homenajearon durante todo el evento, vistiendo de azul marino y blanco el domingo, pese a que era "la intención" del equipo americano el portar esos colores. "Le dije el motivo a Davis (Love III), lo entendió perfectamente y no puso ningún problema", señaló.

"Era la primera vez que no estaba jugándose una Ryder, no había forma de que hiciese una llamada como en el Celtic Manor, pero creo que estuvo alrededor de los 'greenes' porque algo tuvo que pasar. Quería que los jugadores le tuviesen presente y algunos como Justin Rose, cuando las cosas estaba difíciles, miraron a la manga y vieron el nombre de 'Seve' y se sintieron mejor. Sabiendo el juego corto que tenía 'Seve', igual echó una mano desde arriba el domingo", prosiguió.

En este sentido, no deja de emocionarse cuando se culminó la victoria con el 'putt' de Martin Kaymer. "No rezaba, pensaba en las opciones, son momentos de mucha tensión. Cierro los ojos y digo 'métela, métela' y esperas al sonido. Luego ya miré para arriba me acordé y ya está", confesó emocionado.

Olazabal recordó que él y Ballesteros tuvieron la "química" para ser la pareja más exitosa de la competición. "Éramos muy parecidos, el golpe de salida era nuestro talón de Aquiles, pero alrededor del 'green' éramos muy buenos. También hay que tener cierto espíritu de lucha, darlo todo, y éramos así los dos. Esa combinación nos hizo ganar partidos que estaban perdidos", apuntó.

"LOS DOS PRIMEROS DÍAS NO SALÍA NADA".

El vasco, que todavía no ha tenido "tiempo suficiente para de verdad estar tranquilo y pensar lo que ha pasado la semana pasada", indicó que la Ryder es "un evento muy especial", no comparable con un 'grande', sobre por la celebración, que es "totalmente diferente". "Es todo un equipo y eso lo hace especial. Esa celebración del domingo no se ve en un grande, son sentimientos que se transmiten los jugadores", advirtió.

El golfista español recalcó que los dos puntos finales del sábado "fueron la clave". "Te da un halo de esperanza, de alguna manera cambió la tendencia o empezó a cambiar. Los dos primeros días no nos salía nada, no metíamos un 'putt', ellos todos, siempre íbamos por detrás. Eso se reflejó en la reunión de los jugadores, les miré a la cara y noté que había otra luz en su mirada. Sabíamos que era vital ganar los cuatro o cinco primeros partidos, y a partir de ahí todos pensaron que se podía conseguir", admitió.

En cuanto a la estrategia para el domingo, preguntó "a cada uno en que zona, arriba, medio o abajo, quería salir, y todos querían salir los primeros". "Cuando enfrentamos los partidos, me encantó, vi equilibrio, a excepción de Bubba Watson y Luke Donald, porque Bubba es un gran pegador. El partido de Justin Rose, que hizo una auténtica barbaridad, fue clave y también el de Sergio (García) con Furyk", aseveró.

"Bradley, Watson y Simpson habían hecho maravillas, pero no es lo mismo jugar solo y algunos de los americanos no jugaron con la misma libertad. En el 99 nos pasó a nosotros y sé que es muy duro, se quedaron casi en estado de 'shock', pero así es el golf, nadie puede predecir nada a 'match-play' a 18 hoyos", resaltó.

Olazabal, que sabe que en un equipo en "difícil" tener contentos a todos, se refirió a Martin Kaymer, autor del punto de la victoria. "Lo ha pasado mal durante los últimos meses, mantuvo el puesto justo. El viernes le puse en el 'fourballs' a propósito para ver como respondía, pero no hizo un sólo birdie y lo pasó mal. Era muy consciente y llamó a Langer y el sábado hablé con él", remarcó.

"Creo que le hicieron bien esas charlas. Le dije que me alegraba un montón que hubiera sido él. Como buen alemán le cuesta expresar sus sentimientos, pero ese domingo lloró unas cuantas veces", añadió sobre el germano.

NO VE "JUSTO" CRITICAR A TIGER.

Del equipo americano, no cree "justo" criticar a Tiger Woods. "El viernes por la mañana jugó mal, pero por la tarde y el sábado el resultado que hizo era extraordinario, pero tuvo enfrente a dos parejas que les salió el día, y al final lo que se ve es el resultado. Nadie decía absolutamente de él cuando iban 10-6", comentó, pensando que Davis Love le situó cerrando el domingo "no por desprecio, sino porque prefería tener jugadores de peso al final".

"Puede ser que a los americanos les falte alguien con instinto asesino. Creo que nos importa más a los europeos la Ryder, igual no soy justo, porque sé lo mucho que quieren ganarla. De todos modos, no han perdido interés por ella, la atención mediática ha sido tremenda", subrayó. "Revancha no sé si es la palabra, pero en 2014 van a venir con más ganas", advirtió.

Sobre la actuación de los españoles, el vasco detalló que Miguel Ángel Jiménez, cuyo nombre suena como futurible para la capitanía y que fue vicecapitán en Chicago, aportó "mucha alegría" y que "siempre dio información importante", mientras que de Sergio García, aunque "no jugó tan bien como hace un mes, lo dio todo".

"Que diese la vuelta a su partido con Furyk fue clave, se nos abrieron todas las puertas, y además está su aportación para el espíritu de equipo, siempre es muy cercano a los jugadores", prosiguió sobre el castellonense, sin olvidarse de Alex Larrazabal, 'caddie' del doble ganador del Masters, que fue su "escudero".

De su labor de capitán, aseguró que ya había dicho que "iba a dejar a los jugadores que jugasen su juego", en relación a la supuesta distancia que mantuvo los dos primeros días. "El domingo estuve más cerca por las circunstancias, pero los otros dos días también estaba con ellos, quizás no se me vio por TV", avisó.

Volviendo a la Ryder, descartó cualquier comparación de la celebración del domingo con la polémica americana del 99. "Hay una diferencia importante. Cuando Justin (Leonard) mete el 'putt' todo el mundo entra, pero yo no había metido el mío. Hubo que esperar 5 ó 6 minutos a que se despejase el 'green', pero es lo que tiene ganar, no vas a meter el 'putt', quedarte como una estatua y saludar", puntualizó.

Sobre el comportamiento del público, reconoció que sabía que "podía ocurrir" algún incidente. "Es algo que suele pasar más allí que aquí, y normalmente por las tardes. Todos mis jugadores eran conscientes y la consigna era ni reaccionar. Hubo una serie de comentarios, pero cuando tienes a 40.000 personas siempre hay un energúmeno, zanjó.

"Si tengo que escoger un golpe, me quedaría con el 'putt' de Poulter en el 18 del sábado tarde o el golpe de Donald en el 17 después del que había dado Tiger", señaló sobre sus mejores recuerdos, aunque se queda más "con ciertos abrazos", después de un domingo duro y tras haber dormido el sábado "dos horas y media, tres horas". "No había forma de dormir", confesó.