La montañera asturiana Rosa Fernández se ha desplazado a Ecuador con su equipo ciclista 'Una a Una', una vez superado el edema pulmonar que padeció y que le impidió el mes pasado llegar a la cumbre del Shisha Pangma en el Tíbet, para volver a subir una montaña por una buena causa.
Bajo la bandera de "Escalada Solidaria", la expedición que ahora comanda Rosa Fernández ya subió esta semana al volcán Pasachoa de 4.200 metros de altitud y al Guagua Pichincha, de 4.700. El objetivo de estas escaladas es completar una cantidad de metros de ascensión próxima a los diez mil, ya que esos metros serán valorados en euros por la empresa 'Fluor Daniels' que donará bicicletas adaptadas para discapacitados.
Rosa Fernández reconoció que cometieron muchos errores en el Shisha y que por ello sufrió un edema pulmonar. Ahora viaja con la doctora Raquel Suárez, miembro de su grupo ciclista y del Samur, que controlará su evolución. Rosa Fernández, que fue operada de cáncer de pecho, no puede medicarse por encima de los cinco mil metros y eso siempre es un problema a la hora de llegar al Himalaya.
Si todo evoluciona favorablemente, la montañera asturiana intentará en 2014 conquistar el K-2, la segunda montaña más alta de la tierra y la más difícil de escalar con 8.611 metros, situada en la cordillera del Karakórum. El K-2 es conocida como la "montaña salvaje", por su dificultad y por ser la segunda en porcentaje de fatalidades entre los ochomiles, tras el Annapurna. Rosa considera que ha llegado el momento de afrontar ese reto en el K-2 y por eso se prepara ahora entre el Chimborazo y el Cotopaxi.