Después de haber abandonado el Grupo Mundial el año pasado, Conchita Martínez vuelve a capitanear a un grupo donde la gran novedad es la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza, que por fin decidió jugar con su país de adopción y que acudirá como líder del combinado español ante la ausencia por lesión de Carla Suárez, la jugadora española de mejor ránking.
El equipo español descendió después de sufrir dos derrotas en eliminatorias muy disputadas, ambas como locales, que se decidieron en el dobles final ante la República Checa, en primera ronda del Grupo Mundial, y Polonia, en un 'play off' que condenó al Grupo Mundial II a España, laureada en la competición bajo el dúo que formaron Martínez y Arantxa Sánchez-Vicario con cinco títulos (1991, 1993, 1994, 1995 y 1998). En caso de victoria en Galati, España se mediría a una de las derrotadas de los choques del Grupo Mundial para retornar a la élite.
En esta nueva etapa en el equipo, la oscense, una de las artífices para que Muguruza tomara la difícil decisión de jugar con España por encima de su país natal, comienza el reto con una dura eliminatoria donde el favoritismo recae sobre las rumanas y donde además del debut de la de Caracas se produce el retorno de la veterana Anabel Medina, por su buena capacidad en el dobles.
Muguruza, que viene de ser octavofinalista en Australia, no tendrá demasiado tiempo para asimilar su debut y será la encargada de liderar al equipo español en los individuales, con la obligación de sumar un punto el sábado ante Irina-Camelia Begu en el segundo partido, justo después del debut de Silvia Soler ante Simona Halep, la gran 'arma' local. La pupila de Alejo Mancisidor, si el cansancio se lo permite, también podría formar pareja con Medina si fuese necesario, aunque en principio la torrentina estaría acompañada por Lara Arruabarrena.
"Estoy feliz de estar aquí y vamos a buscar nuestras opciones de victoria. Creo que cada partido es muy difícil en Fed Cup, aquí juegas para un país, el ranking no es lo más importante en esta competición, así que lo fundamental es concentrarte en ganar cada punto de cada partido", señaló Muguruza.
HALEP Y BEGU, PRINCIPALES OBSTÁCULOS PARA LAS DE CONCHITA.
El equipo rumano capitaneado por Alina Cercel-Tecsor será un equipo difícil en el camino de España pues cuenta con tres jugadoras entre las 60 mejores del ránking mundial. Su gran valor es la jugadora de 23 años, Simona Halep, que pese a su juventud es una de las grandes referentes a nivel mundial ocupando el número 3 de la clasificación WTA y lleva cinco victorias consecutivas.
Halep despuntó en el año 2014 alcanzando los mejores resultados de su carrera con finales en Roland Garros y en el WTA Tour Finals, ambas saldadas con derrotas ante Maria Sharapova y Serena Williams, respectivamente.
El dato positivo para el conjunto español es que a pesar del gran nivel de su rival el último precedente entre la rumana y la número uno española, Garbiñe Muguruza, se saldó con victoria de la de Caracas en tres mangas (2-6, 6-2 y 6-3) en el torneo de Wuhan (China), en pista rápida también.
Sin embargo, la seleccionadora española ya advirtió en rueda de prensa de que Simona Halep no sería la única jugadora peligrosa. Junto a ella, Irina-Camelia Begu será la otra arma que utilizará Alina Cercel-Tecsor en la modalidad individual.
Begu, número 34 del ránking mundial, llega a la cita después de conseguir su mejor resultado en un 'grande' al lograr alcanzar los octavos de final en Australia 'cargándose' por el camino a la cabeza de serie número 9, la alemana Angelique Kerber y poniendo en serios aprietos a la canadiense Eugenie Bouchard, quien tuvo que sufrir en un partido que se decidió en tres mangas. Mientras, Alexandra Dulgheru y Monica Nicolescu esperarán su oportunidad en el partido de dobles.
Además de todo esto, las jugadoras españolas deberán abstraerse del factor cancha que siempre añade un plus para el equipo que juega como local. El equipo rumano eligió el pabellón Danubio Arena de Galati, con capacidad para unos 5000 espectadores y con superficie sintética, que favorecerá el juego rápido de las potentes jugadoras rumanas.
El único precedente en un duelo entre ambos conjuntos en Copa Federación fue en el año 1976, cuando Rumanía se impuso 3-0 en un cruce celebrado en los Estados Unidos y correspondiente a los cuartos de final de la ronda de consuelo del Grupo Mundial.