"Nuestra intención es concretar una hoja de ruta y una metodología para verano con vistas a que las pruebas puedan llevarse a cabo en la segunda mitad del año", señalaron las mismas fuentes.
Están invitados al evento los ministros europeos de Energía, las autoridades nacionales en materia de seguridad, los directores de las plantas nucleares europeas, las compañías que las gestionan y otros expertos de los Veintisiete.
Bruselas también espera que acudan a la cita representantes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, todos ellos importantes socios comerciales de la UE en materia energética.
No están invitados en cambio organizaciones ecologistas ni otras voces críticas con la nuclear, a pesar de que el comisario de Energía, Günther Oettinger, aseguró tras la primera reunión de alto nivel que se escucharía y tendría en cuenta su aportación.
Las pruebas de resistencia centraron ayer por primera vez la reunión que el Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear (ENSREG) celebró en Viena y repetirá en Bruselas a mediados de mayo con la intención de precisar su contenido técnico y comunicarlo a la CE a tiempo antes del verano.
Bruselas recuerda, en cualquier caso, que ENSREG, creado en 2007 a instancias de la Comisión y que agrupa a expertos de los Veintisiete, sólo puede hacer recomendaciones, ya que la seguridad nuclear es competencia nacional.
Una de las principales dudas que surgen en relación a las pruebas de resistencia es su implicación, ya que no está claro si se cerrarán las centrales que no superen el examen o simplemente serán reformadas para hacerlas más seguras.
En la UE existen 143 reactores, situados en 14 estados miembros. Francia con 58 reactores es el país con mayor número de plantas atómicas, seguido de Alemania (17) y Reino Unido (19).
España, por su parte, cuenta con seis centrales que albergan ocho reactores. La más antigua es la de Santa María de Garoña (Burgos), cuyo cierre está previsto para 2013.