Este importe implica el reparto de 1.588 millones de euros entre los accionistas de la compañía, de los que 1.460 millones corresponderán a Enel, que controla un 92% del capital.
La caja acumulada por la compañía, la ausencia de deuda significativa en sus balances y la mayor visibilidad regulatoria han permitido recuperar el pago del dividendo.
Esta recuperación de la retribución se realiza además a pesar de los cambios regulatorios en el sector eléctrico del último año y de las nuevas tasas en vigor desde enero de 2013, que tendrán un impacto en las cuentas de Endesa de 1.300 millones de euros.
La decisión de suspender el dividendo con cargo al ejercicio 2012 había sido justificada por el consejero delegado de Endesa, Andrea Brentan, apelando a la necesidad de "prudencia" frente a la "compleja situación regulatoria y del mercado" en ese momento.