La operación, que estaba pendiente de las necesarias autorizaciones, fue acordada en mayo y se enmarca en el plan de desinversión de activos no estratégicos de Iberdrola, que prevé la obtención de 3.372 millones de dólares entre 2010 y 2012.
Las compañías de cuya participación se ha desecho la empresa, que preside Ignacio Sánchez Galán, son las gasistas Connecticut Natural Gas, The Southern Connecticut Gas y Berkshire Gas Company.
Las tres distribuidoras se encuentran ubicadas en los estados de Connecticut y Massachussets, en la costa este, suman cerca de 369.000 clientes y distribuyen alrededor de 1,6 bcm (miles de millones de metros cúbicos) de gas al año.
El importe será destinado por Iberdrola USA a financiar la construcción por parte de Central Maine Power Company de la línea de interconexión entre Estados Unidos y Canadá, proyecto denominado Maine Power Reliability Program (MPRP) y que supondrá unos 1.400 millones de dólares de inversión.
La nueva infraestructura, que mejorará las conexiones entre Massachussets, New Hampshire y Maine y estará operativa en cinco años, podrá atender las necesidades de siete millones de consumidores y beneficiará la integración de las energías renovables en el sistema eléctrico de la región de Nueva Inglaterra, cuyos clientes sufragarán la inversión a través del recibo de la luz.
Según informó hoy la eléctrica española en un segundo comunicado remitido a la CNMV, la operación no tendrá un impacto significativo en la cuenta de resultados de Iberdrola a nivel consolidado.
Las acciones de Iberdrola cerraron el martes en la Bolsa española a 5,75 euros, con una bajada del 1,66%.