Los mineros permanecen desde las ocho de la mañana de ayer a unos quinientos metros de profundidad, con dieciséis grados de temperatura y una humedad del ochenta por ciento, alumbrados por lámparas de luz artificial y agrupados en lo que ellos llaman "el embarque", justo en el centro de la mina, ha explicado a Efe Eleuterio Hartos, erigido en portavoz de los trabajadores afectados.
Ayer, justo al finalizar su turno de trabajo, a las cuatro de la tarde, se replantearon una situación que vienen padeciendo desde hace catorce meses y que se ha agravado con el impago de las nóminas de julio y agosto.
"A uno de septiembre no podíamos afrontar otro mes sin saber si lo íbamos a cobrar o no y tampoco nos podíamos ir a casa a cruzarnos de brazos", ha explicado Hartos.
Por eso decidieron quedarse en la mina, en un encierro improvisado que apoyaron todos por unanimidad.
Su objetivo es forzar el cumplimiento del Real Decreto 134/2010, que propicia el consumo del carbón nacional y que "el Gobierno deje de poner parches a una situación que ya es insostenible", ha agregado el portavoz.
Ha reconocido que las condiciones "aquí abajo" son duras, y que se irán endureciendo más con el paso de los días, pero ha afirmado que "es mucho peor la incertidumbre que arrastramos desde hace más de un año".
También ha insistido en que la decisión de encerrarse ha sido idea de los propios mineros y de que no hay ninguna mano negra detrás.
Y es que si el empresario no vende el carbón, los mineros no cobran, así que el problema "nos afecta a todos", ha añadido.
Por su parte el representante del sector en FIA-UGT, Juan Carlos Liébana, ha manifestado que ha sido una decisión de los trabajadores, tomada al margen del sindicato y del Comité de Empresa, pero que aun así tienen el "apoyo unánime" de FIA-UGT.
Ha insistido en que es el momento de que las administraciones "tomen cartas en el asunto" y se exija el cumplimiento del Real Decreto que prima el consumo del carbón nacional.
Sin olvidar tampoco el incumplimiento desde 2005 de "el vale del carbón", que deja al sector a la deriva, "ni los que estamos en activo, ni los prejubilados, tenemos buenas condiciones. Todo esto es un retroceso", ha concluido.
El impago salarial afecta a 140 mineros activos de la empresa Uminsa (Unión Minera del Norte), en Palencia, propiedad del empresario leonés Victorino Alonso, de los que 75 son mineros de interior.
De ellos, prácticamente todos permanecerán encerrados indefinidamente, ya que hay personal de vacaciones y algunos de baja, ha aclarado Liébana.
La patronal minera ha argumentado la falta de liquidez para pagar las nóminas de los trabajadores a causa del incumplimiento de los acuerdos adoptados en el Plan del Carbón.