Gómez respondió así en la sesión de Control a una pregunta de la diputada del BNG Olaia Fernández Dávila sobre que la receta de la moderación salarial será el siguiente eslogan del Gobierno para que los trabajadores deban seguir pagando la crisis.
El ministro dijo que el Gobierno no lanza eslóganes y que en materia de salarios este Gobierno "no es el más adecuado" para ser criticado porque, recordó, que ha subido el salario mínimo interprofesional un 33 % en cuatro años.
Añadió que pedir moderación salarial "no implica" bajar el poder adquisitivo de los salarios sino que "no agoten el crecimiento de la productividad" y también subrayó la importancia de la moderación en los márgenes empresariales para que los excedentes de la productividad se destinen a más inversión y empleo.
La diputada del BNG dijo que después de que el Gobierno haya definido como "reformas" lo que en su opinión son "recortes sociales", le da "miedo" la advertencia del Ejecutivo sobre la moderación salarial porque indica que "prepara" nuevos recortes.
Fernández recordó que la diferencia del salario medio en España con respecto a Europa es aproximadamente del 40 %, lo que a su juicio implica decir que la "pobreza salarial es el precio a pagar por la entrada en la Unión Europea".
El ministro también respondió a la diputada de ICV Nuria Buenaventura sobre si piensa rectificar su política de lucha contra el paro a la vista de su "estrepitoso fracaso".
Gómez respondió que el Gobierno está haciendo lo sensato en sus políticas de lucha contra el paro, y más aún en las relacionadas por conseguir una rápida y sostenida recuperación de la economía, que es la única forma de crear empleo y reducir el paro.
Destacó que la labor del Gobierno se traduce en cuatro ejes, hacer reformas estructurales en pos de un nuevo modelo económico más fuerte y más sano que permita recuperar la confianza y fluir el crédito; y mantener la solidaridad, ya que 7 de cada 10 parados reciben algún tipo de prestación.
También se centra en cuidar al máximo que todos los parados puedan encontrar empleo cuando acabe la crisis; y en un plan de choque pactado con los agentes sociales, que ya empieza a dar sus frutos.
Buenaventura destacó que la reforma laboral está aniquilando la gestión del ministro, porque no supone más contratos, ni siquiera más indefinidos, sino que sólo se traduce en más paro.
Por otra parte, en respuesta a una pregunta del diputado del PP, Santiago Cervera, el ministro aseguró que la revisión al alza de las previsiones de paro "no ha variado un ápice" la valoración del Gobierno de la reforma laboral de la que sigue pensando que ha servido para promover un marco de relaciones laborales "mucho más flexible y eficiente, que no reduce, sino que eleva, la garantía de los trabajadores".
"Vincular sin más el resultado de la reforma laboral a las cifras de desempleo sólo es posible desde la posición neoliberal más cerrada o desde la mas pura demagogia y su grupo lo suele hacer desde las dos", añadió Gómez.