Asimismo, el banco central mejoró sus previsiones de la tasa de desempleo para el año 2014, situándola en un rango de entre el 6,5% y 6,8%, frente a su anterior pronóstico del 6,7% y 7%.
Sin embargo, la FED recortó su previsión de crecimiento de la economía estadounidense para 2013 a un rango de entre un 2,3% y un 2,6%, desde el 2,3% al 2,8% anunciado el pasado mes de marzo.
Para el próximo año, el organismo elevó su estimación de crecimiento del PIB a un rango del 3% al 3,5%, desde el 2,9%-3,4% anterior.
La FED destacó que prevé que con una política expansiva "adecuada" el crecimiento económico continuará a un ritmo moderado y la tasa de desempleo se reducirá gradualmente hacia los niveles que el Comité juzga consistente.
Asimismo, indicó que sigue viendo "riesgos a la baja en el panorama económico" y anticipó que la inflación en el medio plazo probablemente esté en o por debajo de su objetivo del 2%.
MANTENER LOS TIPOS BAJOS HASTA QUE EL DESEMPLEO BAJE DEL 6,5%.
Además, el organismo presidido por Ben Bernanke reafirmó su compromiso de mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25% hasta que la tasa de desempleo no baje del 6,5%.
La FED subrayó que la economía ha registrado un crecimiento "a un ritmo moderado" y que las condiciones del mercado laboral han mostrado una "mejora" en los últimos meses, aunque la tasa de desempleo "sigue siendo elevada".
Respecto a su programa de compra de activos, destacó que debe ayudar a mantener la presión a la baja sobre las tasas de interés a largo plazo, el apoyo a los mercados hipotecarios y "ayudar a unas condiciones financieras más expansivas".
Así, afirmó que mantendrá sus compras de activos del Tesoro y de agencias respaldados por hipotecas y empleará sus otras herramientas de política monetaria hasta que las perspectivas para el mercado de trabajo mejoren sustancialmente en un contexto de estabilidad de precios y reafirmó que está preparada para "aumentar o reducir" el ritmo de estas compras para mantener esta política acomodaticia adecuada.
La votación de los miembros del FOMC se saldó con el visto bueno a la política monetaria por parte de diez de las autoridades de la FED y de dos en contra.