Ascenso y caída de Elizabeth Holmes, la empresaria que estafó a Silicon Valley y se enfrenta a 20 años de cárcel

  • La carrera de Holmes apuntaba a emular la de otros magnates tecnológicos que triunfaron a principios de siglo como Mark Zuckerberg o Elon Musk

  • Su imperio se truncó al desvelarse que la tecnología de análisis clínicos que vendía su empresa se basaba en una mentira

  • Se enfrenta a 12 cargos por fraude en un juicio que comenzará esta semana y que acapara las miradas de los medios

Con una imagen personal impecable. Alta, esbelta, vestida de riguroso negro: pantalones, jersey, chaqueta y zapatos, irrumpió Elizabeth Holmes en el escenario del TEDMED de 2014 en Washington. La apariencia era importante. Rememorar la escenografía del todopoderoso Steve Jobs en sus presentaciones de Apple, también.

Con voz grave e impostada, Holmes le vendió al auditorio las bonanzas de una tecnología revolucionaria. La de un sistema de análisis clínicos que ya no requería de costosas pruebas de laboratorio, ni de abundantes extracciones de sangre. Bastaba un pinchazo, una gota. Era barato, seguro, efectivo y al alcance de todo el mundo. Ella y su empresa, Theranos, Theranosaseguraba: lo habían hecho realidad.

Holmes se sabía el discurso. Lo llevaba repitiendo casi una década. Habló de la tragedia que supone que la principal causa de bancarrota de las familias estadounidenses sean las facturas médicas. Incluso apeló a la empatía contando la historia de su tío, fallecido por un cáncer que no fue detectado a tiempo. Su empresa podía acabar con ese drama y hacer dinero en el proceso... y Silicon Valley se lo había tragado hasta el fondo.

Aquella charla, que hoy está prácticamente desterrada de Internet, fue uno de los últimos 'cantos de cisne' de Holmes. Hubo algunos más, pero todo su imperio, que un día estuvo valorado en 9.000 millones de dólares, estaba a punto de caer.

Apenas un año después, en 2015, una serie de artículos en 'The Wall Street Journal' denunciaron que su tecnología no existía y que los análisis de sus 'máquinas prodigiosas' no eran capaces de hacer lo que se prometía.

Theranos, y Holmes, se defendieron. Trataron de parar la crisis. Pero no tenían argumentos para hacerlo. Toda su historia se sustentaba en promesas vacías. En 2016 Forbes redujo el cálculo de su patrimonio de 4.500 millones de dólares a cero.

Acuciada por las acusaciones de fraude, Holmes llegó a acuerdo con la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos y con los inversores a los que había logrado sacar cerca de 700 millones de dólares. Ese año, Theranos.

Una mentira sustentada en promesas vacías

La historia de Elizabeth Holmes no es muy distinta a la de otros gurús de Silicon Valley. No al menos en sus inicios. Como el Steve Jobs al que trataba de emular, ella también dejó la Universidad antes de acabar. Abandonó Stanford en 2003 y con tan solo 19 años fundó su propia compañía utilizando para ello el fondo que sus padres habían ahorrado para pagarle los estudios.

La imagen de empresaria emprendedora hecha a si misma la tenía y era una imagen poderosa. La misma que por aquellas mismas fechas se estaba forjando un joven Mark Zuckerberg, que fundó Facebook en 2004 mientras estudiaba en Harvard y dejó los estudios un año después.

Poco antes, en 2002, Elon Musk ya había fundado SpaceX. Un proyecto que, a priori, tenía muchas más papeletas que el de Holmes para convertirse en una quimera. Una empresa privada de cohetes con el objetivo de viajar a Marte podía sonar a principios de siglo como algo mucho más descabellado que el desarrollo de análisis clínicos sencillos, seguros, eficaces y baratos.

Para muchos analistas el de Holmes es un caso de lo que se conoce como “fingir hasta lograrlo”. No se trata de engañar porque sí (o quizá sí). Es más bien una forma de vender una idea, una ilusión, con la esperanza de que la tecnología pueda convertirla en realidad.

Elon Musk lo consiguió. Quizá por ello sigue vendiendo promesas como robots humanoides basados en inteligencia artificial que son en realidad, señores disfrazados; o chips para conectar cerebros. Elizabeth Holmes, por contra, no lo logró y esta semana arranca el juicio que puede llevarla 20 años a la cárcel por doce cargos de fraude y conspiración para cometer fraude electrónico.

Maniobras judiciales, retrasos y acusaciones de maltrato

La causa contra Holmes ha tardado cuatro años en llegar a los tribunales. Las maniobras judiciales para retrasar los plazos han sido constantes desde que en 2018 el Departamento de Justicia de Estados Unidos la acusó en firme, junto a su socio comercial y expareja, Ramesh Balwani, conocido como Sunny. Ambos enfrentan los mismo cargos. Ambos se han declarado inocentes.

Los dos van a tener que sentarse en el banquillo ante un juez y un jurado, aunque los equipos legales de Holmes han logrado que no se sienten juntos. El juicio comienza esta semana para ella, el de él será a principios de 2022. Procesos separados que van a permitir a sus defensas echarse la culpa mutuamente.

Holmes va a ser la primera en atacar. Sus abogados ya han anunciado que tienen previsto fundamentar la defensa de su cliente en que la empresaria fue víctima de abuso machista durante más de 10 años por parte de Balwani, un hombre 30 años mayor que Holmes que, según sus abogados, era el que movía los hilos y el que controlaba la tecnología mientras que ella sólo se ocupaba de la comunicación y las relaciones públicas.

La defensa de Holmes afirma que sufrió violencia física y verbal durante los años en que trabajaron juntos, que eso le provocó estrés postraumático y una depresión por maltrato a su defendida, y que por ello, Balwani debería ser considerado el líder de todo el esquema fraudulento alrededor de Theranos. Balwani lo niega todo.

Un culebrón irresistible para la industria audiovisual

La historia de Holmes tiene todos los ingredientes necesarios para seducir a Hollywood. Fama, dinero, romance, engaños, traición... Es la tragedia del surgimiento y la caída de un imperio y documentales como 'The inventor' ya la han contado.

Quedaba el salto a la ficción y hay dos proyectos en marcha. Para su estreno en 2021 está previsto 'Bad Blood, un biopic sobre Holmes protagonizado por Jennifer Lawrence y basado en las investigaciones de John Carreyrou, el reportero de 'The Wall Street Journal' que destapó a Theranos, y que posteriormente recogió su trabajo en un libro que publicó en mayo de 2018.

El otro proyecto en ciernes es una serie del canal de televisión estadounidense Hulu. Disney la anunció como parte de los contenidos que podrán verse en su plataforma en la conferencia para inversores en la que también anunció sus nuevos proyectos para cine y televisión de Marvel y Star Wars.

La serie de Hulu, que lleva por título 'The Dropout está basada en el podcast del mismo nombre que produjeron sobre el caso Rebecca Jarvis y ABC Radio. Estaba previsto que Kate McKinnon interpretara el papel de Holmes, sin embargo, la actriz abandonó el proyecto en febrero de este año y ha sido sustituida por Amanda Seyfried.