El mundo crecerá un 4,5 por ciento en 2012 pese a los terremotos, tsumanis y revueltas

AGENCIA EFE 11/04/2011 14:18

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado hoy el último informe sobre las "Perspectivas Económicas Mundiales", en el que dibuja un panorama de recuperación mundial más robusto en las economías emergentes que en las avanzadas y en el que abundan las incertidumbres.

El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, afirmó hoy en rueda de prensa que tres cifras definen bien la dinámica de recuperación en marcha.

"Esperamos que la economía mundial crezca alrededor de un 4,5% tanto en 2011 como en 2012, pero las economías avanzadas crecerán sólo a una tasa del 2,5 por ciento, mientras que las emergentes y en desarrollo avanzarán a un ritmo mucho más alto del 6,5%", afirmó Blanchard.

Tras la grave crisis financiera de 2009, el mundo logró en 2010 una expansión general del 5 %, pero con grandes diferencias entre ricos y "pobres" que todavía continúan.

Blanchard subrayó hoy que la recuperación sigue siendo "desequilibrada".

"En la mayoría de economías avanzadas el crecimiento sigue todavía muy por debajo de su potencial", afirmó el economista, quien alertó de que el elevado índice de desempleo de esos países probablemente se mantendrá durante años por el "bajo crecimiento".

Destacó que los emergentes afrontan el riesgo de sobrecalentamiento económico debido a que operan casi a pleno potencial y a la llegada de grandes flujos de capital.

Entre los emergentes destacan en especial dos gigantes, China y la India. El primero tiene previsto crecer un 9,6 % y un 9,5 % este año y el próximo, en tanto que el segundo un 8,2 % y un 7,8 %, respectivamente.

El crecimiento mundial, según el Fondo, no estará exento de riesgos. Para los países ricos, además del alto desempleo mencionado por Blanchard, los retos pasan también por recortar el gasto público y el déficit.

Para los países emergentes, y especialmente Latinoamérica, el mayor peligro es el de un sobrecalentamiento que dispare los precios y diluya su buen momento económico.

El FMI recomienda a las autoridades de la región tomar medidas para controlar las presiones inflacionarias motivadas por la "fuerte entrada de capitales" y los ingresos derivados de "los altos precios de las materias primas" ante las buenas perspectivas económicas.

No obstante, el Fondo advierte de otros factores que, sin tener un impacto fuerte en el crecimiento, podrían crear tensiones sociales, como ha ocurrido en Oriente Medio con el encarecimiento de los alimentos.

El FMI reconoce que esta subida de los precios de las materias primas y de los alimentos "representa una amenaza para los hogares pobres y exacerba las tensiones socioeconómicas, particularmente en Oriente Medio y el Norte de África".

El Fondo reconoce que vigila de cerca la propagación de las revueltas sociales en la zona, que de momento está elevando la prima de riesgo de la deuda soberana, frenando el turismo y reduciendo las inversiones extranjeras de los países afectados.

La región de Oriente Medio y Norte de África crecerá este año un 4,1 %, una décima menos que lo proyectado hace seis meses, aunque el Fondo ha corregido a la baja ampliamente las previsiones para Egipto, cuya economía espera que se expanda un 1 % este año, y de Túnez, un 1,3 %.

Hace apenas seis meses, el Fondo preveía para ambos un crecimiento de cerca del 5 %.

El FMI asegura que esta región afronta "desafíos de enormes proporciones", entre ellos el alto desempleo, que es además crónico y afecta a la gente joven y preparada.

Otro de los factores a vigilar es la subida del petróleo, pero los expertos del organismo apuntan que con la información que tienen sobre la mesa "los trastornos ocurridos hasta ahora tendrán apenas efectos mínimos sobre la actividad económica".

Tampoco se puede obviar el devastador terremoto y el posterior tsunami que golpeó a Japón el 11 de marzo. De momento, dice el Fondo, "el impacto macroeconómico proyectado es limitado" aunque, reconoce, las "proyecciones están rodeadas de gran incertidumbre".

De hecho, el FMI ha elevado en tres décimas las expectativas de crecimiento de Japón para 2012, al 2,1 %, aunque la de este año ha sido rebajada en dos décimas, al 1,4 %.