Por qué nos conviene tener más de una cuenta bancaria con distintas entidades financieras

  • Tener más de una cuenta es aconsejable en términos de seguridad

  • Nos permite evitar comisiones y conseguir ventajas adicionales

  • La claves está en aprovechar lo mejor que ofrece cada banco

La expresión "no poner todos los huevos en la misma cesta" es un clásico del refranero español que se ajusta perfectamente a los asuntos financieros. En ese sentido, ser cliente de más de una entidad , tanto en términos de seguridad como para evitar comisiones, conseguir ventajas adicionales o ampliar la operativa disponible y aprovechar lo mejor de cada banco.

Desde el comparador financiero HelpMyCash.com han recopilado las razones clave, según los expertos, por las que conviene abrir más de una cuenta bancaria.

Estar más protegidos

Los bancos protegen y garantizan el total del dinero de sus clientes que atesoran en cuentas bancarias y depósitos. Adicionalmente, hay un organismo oficial que se encarga de cubrir a los depositantes cuando la banca tiene problemas de solvencia o quiebra: el Fondo de Garantía de Depósitos.

Este sistema de protección para los clientes bancarios solo cubre los primeros 100.000 euros por titular y banco, con lo cual, si nuestro capital excede dicha cantidad, diversificar los ahorros en más de un banco nos permite extender la cobertura.

Aprovechar lo mejor de cada banco

Abrir una cuenta en otro banco nos puede abrir la puerta a productos o servicios concretos con unas mejores condiciones: Cuentas con tarjetas de crédito gratis, regalos a cambio de la nómina, devolución de un tanto por ciento del importe de los recibos, préstamos más baratos o productos de inversión más atractivos.

Tener una segunda cuenta en otro banco también nos permite ampliar la red de cajeros en los que podemos retirar dinero gratuitamente o acceder a servicios que nuestro banco principal no ofrece como, por ejemplo, transferencias en el extranjero sin comisiones, cuentas multidivisa o inversión en criptomonedas.

Los bancos suelen lanzar promociones atractivas para ganar clientes y cada entidad ofrece sus propias ventajas para diferenciarse de la competencia, por lo que si queremos convertirnos en un consumidor inteligente, la clave es aprovechar lo mejor de cada entidad.

Optimizar el ahorro

Es muy posible que nuestra entidad de toda la vida en la que tenemos la nómina domiciliada no nos ofrezca buenas alternativas para rentabilizar al máximo los ahorros, más bien todo lo contrario. De hecho, ya existen bancos que penalizan a base de comisiones a los clientes no vinculados y con un alto patrimonio.

Ahorrar en una cuenta separada de nuestra cuenta principal, además de ayudarnos a ahorrar más eficientemente evitándonos la tentación de gastar, puede ser más rentable si elegimos la cuenta y el banco correctos.

Cuentas de ahorro como las que ofrecen bancos online medianos o pequeños como Openbank, Orange Bank, MyInvestor, Renault Bank, Pibank o Nationale Nederlanden pagan hasta un 1% TAE por el dinero de sus clientes, un interés muy alejado del tipo medio en nuestro país (0,01% según los datos de enero del Banco de España).

Tener un plan B si no podemos acceder a nuestra cuenta

Puede ocurrir que no podamos acceder a nuestra cuenta por un error técnico en la banca digital o porque nos la han bloqueado. Tener un plan B puede servirnos para seguir atendiendo nuestras obligaciones financieras (pagar compras con tarjeta, retirar efectivo, realizar pagos por transferencia…).

Mantener algo de saldo en una cuenta adicional a la principal y usarla como cuenta de emergencia hasta que se resuelva la incidencia o el banco nos desbloquee la cuenta nos puede evitar problemas y situaciones de estrés.

Gestionar la economía en pareja

Abrir una cuenta compartida adicional a nuestra cuenta personal nos permite seguir manteniendo nuestra propia libertad financiera y, a la vez, gestionar nuestra economía familiar. Los expertos aconsejan abrir una cuenta conjunta en la que los dos titulares puedan atender pagos en común, ahorrar para proyectos y, en definitiva, gestionar sus finanzas familiares sin renunciar a su cuenta individual. De esta forma, los cotitulares evitan mezclar los ingresos y gastos personales de cada uno con los gastos del hogar.