Tata, sin embargo, considera que su inyección económica no es óbice para que el Gobierno apruebe préstamos para Jaguar Land Rover y otras empresas del sector. Desde el diario económico se ve con buenos ojos la inyección económica del grupo indio, porque da un "respiro" para contestar a las demandas de apoyo estatal del sector automotriz del Reino Unido, cuyas ventas han caído en picado por la crisis económica.
El Gobierno británico, mientras tanto, ha expresado su preocupación por el hecho de que una eventual ayuda estatal a esa industria pueda sentar un precedente para otros sectores.
A pesar de ello, el ministro de Empresa, Peter Mandelson, ya confirmó que el Gobierno británico y Jaguar Land Rover han mantenido negociaciones para estudiar una eventual ayuda estatal para el fabricante, que atraviesa problemas financieros.
No obstante, Mandelson precisó que aún no se ha tomado una decisión y que la compañías deben de tener en cuenta que el Gobierno no dispone de "una chequera para todo".
Jaguar Land Rover, adquirida por Tata el pasado mes de julio, tiene una plantilla de 15.000 empleados y su contribución se considera vital para la economía del centro de Inglaterra.
En la actual crisis, las presiones están aumentando para que el Gobierno británico tome medidas con el fin de salvar al sector, sobre todo después de que el presidente de EEUU, George W. Bush, anunciara el pasado viernes ayudas a las empresas automovilísticas de ese país por valor de 17.400 millones de dólares.
Toyota anuncia pérdidas de 1.668 millones de dólares en este año fiscal
El fabricante de vehículos Toyota Motor ha anunciado una previsión de pérdidas por operaciones por valor de 1.668 millones de dólares. El grupo nipón achaca los primeros resultados negativos desde 1940 a la crisis económica mundial. Además Toyota registrará unas ventas mundiales de vehículos de 8,96 millones de unidades durante el presente ejercicio fiscal (de abril de 2008 a marzo de 2009), lo que representará una reducción del 4% frente a los datos del 2007.
Sin embargo, a las pérdidas en la actividad de venta de vehículos contrarresta el beneficio neto de 556 millones de dólares al final del año fiscal, que termina en marzo. Estos datos suponen un revés muy importante en comparación con los del año pasado, cuando logró 2,27 billones de yenes (25.235 millones de dólares) de beneficio por operaciones y 1,72 billones de yenes (16.465 millones de dólares) de beneficio neto.
La revisión a la baja se debe al desplome de las ventas de Toyota en todo el mundo, pero especialmente en EEUU y Europa, unido a una fuerte apreciación del yen frente al dólar, que ha perjudicado los resultados financieros del gigante del motor. ZA