Únicamente el 8 por ciento restante emplea otros tipos de energía, además de la eléctrica (solar, bombona de butano). Mención aparte merece el cambio de compañía proveedora ya que sólo el 7 por ciento se decanta por probar otras opciones. Los que más cambian de proveedor son los usuarios de gas por tubería, un 9 por ciento.
"El consumidor madrileño es poco dado a cambiar de suministrador, no como en otros sectores, como en el de la telefonía, donde se da el extremo contrario. Eso puede ser probablemente porque entiende que el cambio puede servir para poco", ha opinado el concejal.
También puede influir el desconocimiento de la posibilidad de cambiar de compañía en un mercado liberalizado ya que son muchos los madrileños que creen que "la ciudad está dividida por compañías".
El monográfico desvela que los madrileños le dan un 5,73 a la pregunta de si hay suficientes administradores; un 5,41 en la variedad de productos o servicios; un 5,32 en el grado de competencia y un 5,76 a la facilidad de cambiar de suministrador.
"Los usuarios saben que hay pluralidad de ofertas pero no se creen que exista competencia por la dificultad de entender en qué se diferencian las ofertas en su perfil económico", ha concluido Calvo.