La protesta de los trabajadores de Iberia pisa de nuevo el aeropuerto de Barajas. Cuarto día de paros con 258 vuelos cancelados. Aunque asoma una esperanza. Un mediador consensuado aconsejará a las partes aunque sus decisiones no serán de obligado cumplimiento. La desconfianza preside el ánimo de los trabajadores después del fracaso que supuso la intervención del servicio de arbitraje. Temen que Iberia acabe desapareciendo. Por eso han escenificado su funeral ante las puertas del ministerio de Fomento. Tras llorar la muerte de Iberia, han entregado 50 mil firmas para pedirle al Gobierno que defienda los intereses de España en la aerolínea. En un tono más festivo con picnic incluído han protestado en el aeropuerto de Bilbao. Pese a la mediación, la huelga continúa.