En concreto, los precios de la energía subieron en noviembre un 4,7% interanual, frente al 3% del mes de octubre, mientras que el precio de los alimentos frescos subió un 2,4%, cuatro décimas menos que el mes anterior, y el precio de los servicios se mantuvo en el 1,2%.
Por su parte, el precio de los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco experimentó en noviembre un retroceso de una décima, al situarse en el 2,2%.
De este modo, la tasa de inflación de la zona euro sin tener en cuenta el impacto de la energía se situó en el 1,2%, en línea con el dato de octubre, mientras que la inflación subyacente, que además de la energía excluye el efecto de la evolución de los alimentos frescos, se mantuvo en el 1,1%.