El nuevo espacio, que abrirá a principios de 2015, contará con un área total construida de unos 150.000 metros cuadrados e incluye tres nuevas puertas de llegadas internacionales con una nueva sala y un centro de aduana.
Asimismo, dispondrá de dos bandas de reclamo de equipaje y sistemas sostenibles para reducir el impacto ambiental de la terminal a lo largo de su vida útil.
De igual forma, se instalarán vías de circulación para trasladar a los pasajeros y un sistema eficiente de climatización para optimizar el rendimiento.
El presidente y consejero delegado de JetBlue, Dave Barger, señaló que, una vez terminado el proyecto, "hará que todas las operaciones nacionales e internacionales operen sin problemas".
Por su parte, el presidente del Departamento de Seguridad Nacional, Peter King, indicó que la nueva terminal proporcionará "empleos necesarios" para la economía estadounidense al suponer un "enorme desarrollo en todo".
JetBlue es la mayor aerolínea doméstica en el aeropuerto JFK, que opera más de 150 vuelos diarios sin escalas a 56 destinos en los Estados Unidos, el Caribe y América Latina.