Latinoamérica asiste a la reunión de Finanzas bajo las sombras de proteccionismo e inestabilidad

EFE 28/02/2009 22:58

La preocupación por que las grandes potencias económicas, comenzando por el principal socio comercial de la región, EE.UU., adopten medidas proteccionistas y el supuesto riesgo de que la crisis genere en la zona inestabilidad política aireado, aunque luego desdicho, por autoridades estadounidenses, planean sobre esta cita.

El principal objetivo del encuentro convocado por el Gobierno de Portugal, que el 2 de febrero asumió la Secretaría Pro Témpore de la Cumbre Iberoamericana, es discutir propuestas contra la crisis de cara a la cumbre del G-20 que tendrá lugar en Londres en abril.

A la cita en la capital británica está prevista la asistencia de España, Brasil, México y Argentina, que podrían llevar algunas propuestas comunes.

La crisis mundial hasta ahora está golpeando a la región con menos fuerza que en los países desarrollados o en otras regiones emergentes, como Europa del este, pero sus efectos secundarios amenazan los pilares fundamentales de muchas de sus economías, como el comercio, el gas y el petróleo o las materias primas.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ya ha anunciado que va a tener que reducir sus proyecciones de crecimiento para la región, que actualmente están en el 1,9%, y ha advertido un aumento del desempleo, aunque sin llegar a los niveles de principios de esta década.

Una de las mayores inquietudes de las naciones latinoamericanas es el flirteo con medidas proteccionistas que puedan obstaculizar el comercio internacional, como la cláusula incluida en el plan de estímulo aprobado recientemente por Washington que condiciona las ayudas al uso de acero fabricado en suelo nacional.

Esto podría perjudicar aún más las balanzas comerciales de la zona, algunas de las cuales se han visto seriamente afectadas en los últimos meses.

Aunque los ministros asistentes a la cita tienen previsto discutir las medidas aprobadas en sus respectivos países para afrontar la crisis, son conscientes de que su principal problema es la situación económica de las naciones desarrolladas.

Incluso en sus mercados bursátiles son más sensibles a las decisiones que se adoptan en EE.UU. que las de sus propios Gobiernos.

Como explicó el pasado martes el economista jefe del grupo BBVA, José Luis Escrivá, el "comercio intrarregional (en América Latina) es muy limitado, por eso es mucho más importante lo que haga Estados Unidos o China que lo que haga (por ejemplo) Ecuador".

Y es que los efectos de la crisis están llegando a la región a través de una reducción de las exportaciones, de la caída de la demanda y, por tanto, el precio de las fuentes de energía, los minerales y otras materias primas o el descenso de las inversiones internacionales y las remesas de los emigrantes.

Otro punto que se ha introducido en las agendas de algunos países de la región durante esta semana son las supuestas amenazas de inestabilidad que podría generar la crisis, según unas declaraciones del nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, Leon Panetta.

Pese a que la reacción airada de algunos de los aludidos, como Argentina y Ecuador, llevó a Panetta a rectificar, según unas declaraciones del embajador de EE.UU. en Argentina, Héctor Timerman, él no fue el único que apuntó en ese sentido.

También el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, ha advertido que la crisis podría convertirse en un riesgo para la gobernabilidad democrática de algunos países, especialmente en aquellos con menos riquezas como el suyo.

Sin embargo, no demasiados países han respondido a la convocatoria de Portugal, a la que solo México, Argentina, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana han confirmado que estarán representados a nivel de ministros.

Desde Brasil y Perú acudirán los responsables de sus bancos centrales, mientras que otros Gobiernos, como los de Chile o Colombia, no tienen previsto enviar a nadie a Oporto.

A quienes sí se espera es a representantes de alto nivel de algunas organizaciones económicas y financieras internacionales, como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la CEPAL, la Corporación Andina de Comercio (CAF), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o el Banco Europeo de Inversiones (BEI).