No obstante, la operación está condicionada a que los accionistas de Gaylord aprueben en agosto la conversión de la empresa en un fidecomiso de inversiones inmobiliarias, de forma que si se aprueba la marca continuará en poder de los hoteles, mientras que Marriott asumirá la gestión de los inmuebles mediante acuerdos a largo plazo.
La transacción sumará cuatro establecimientos a los más de 7.800 con los que cuenta la cadena hotelera, todos ellos en Estados Unidos, y con enormes oportunidades de ocio y entretenimiento, puesto que gozan de la asociación con DreamWorks.
"Estamos muy contentos de añadir Gaylord a nuestro portafolio de marcas y estamos encantados de que Gaylord Entertainment nos haya seleccionado para la gestión de sus propiedades", ha subrayado el presidente y director ejecutivo de Marriott, Arne Sorenson.
Para Sorenson, la operación permitirá que la firma se beneficie de las economías de escala de la cadena hotelera, generando una reducción de costes en la central de reservas, las compras y otros servicios, mientras que Marriott podrá captar una mayor cuota de mercado.
Una vez completada la transacción, Marriott operará los hoteles en régimen de gestión, con un plazo inicial de 35 años. Así, la cadena espera obtener una cuota de incentivo en su primer año de gestión gracias a una mejora de la rentabilidad, a la espera de una mejora en el beneficio por acción de dos centavos de dólar el próximo año.