Moody's alerta de la creciente morosidad de las hipotecas y de los créditos a empresas en España

EUROPA PRESS 23/09/2013 12:19

La morosidad en los préstamos hipotecarios para la adquisición de vivienda y en los créditos a empresas no relacionadas con el sector de la contrucción registró en junio un "fuerte aumento" que amenaza los ingresos de los bancos españoles, así como su capacidad de cumplir las exigencias de capital, según advierte la agencia de calificación Moody's.

"Los datos indican una acelerada erosión de los ingresos de la banca y de su capacidad para cumplir las exigencias de capital, lo que resulta negativo para el crédito de cara a los bonistas de los bancos españoles", apunta la agencia.

En este sentido, Moody's espera que los datos de morosidad de los bancos españoles continúen al alza como consecuencia de la persistente debilidad de la economía del país.

De este modo, la agencia apunta que este incremento de activos que no generan ingresos continuará afectando a la rentabilidad de las entidades españolas porque exigirá mayores provisiones, mientras que los bajos tipos de interés afectan negativamente a los márgenes por intereses netos.

Según los datos del Banco de España, la morosidad de la banca española se situó en junio en el 11,6% (dato que llegó al 11,97% en julio), a pesar de la transferencia de activos a la Sareb.

Asimismo, en el segundo trimestre de 2013 la ratio morosidad entre los préstamos hipotecarios a los hogares escaló al 4,9% en junio, equivalente a unos 5.100 millones de euros, desde el 4% a finales de marzo.

"Esta clase de activos había sido relativamente resistente durante las primeras fases de la crisis financiera, pero este incremento trimestral indica una aceleración de los préstamos problemáticos", apunta Moody's al explicar el repunte de la morosidad en las hipotecas para compra de vivienda, y recuerda que la prolongada recesión de la economía española y su alto nivel de paro "reducen los ingresos de los hogares disponibles para hacer frente a la deuda".

No obstante, la agencia de calificación señala que los bancos españoles se encuentran actualmente involucrados en el proceso de reclasificar sus préstamos refinanciados, lo que podría explicar en parte el incremento de la morosidad hipotecaria, puesto que algunas entidades ya han anticipado el efecto de este procedimiento y reclasificado como problemáticos algunos préstamos.

EL PRECIO DE LA VIVIENDA SEGUIRÁ BAJANDO.

Por otro lado, Moody's advierte de que, a pesar de las transferencias a la Sareb, la morosidad en los préstamos a empresas del sector inmobiliario escaló en junio a un nuevo récord del 30,6%, desde el 28% de finales de marzo.

"En nuestra opinión, el anticipado ajuste en el sector inmobiliario aún no se ha materializado completamente y la depreciación de la vivienda continuará", añaden los analistas de Moody's.

Asimismo, la agencia recuerda que las estimaciones del sector calculan que en España existe cerca de un millón de viviendas vacías a la venta, que al actual ritmo de ventas "llevará años reducir", lo que seguirá ejerciendo presión sobre el crédito a promotores y constructoras.

LA DEMANDA DOMÉSTICA LASTRARÁ A LAS EMPRESAS NO EXPORTADORAS.

Por otro lado, el informe de Moody's apunta que la tasa de morosidad entre las empresas no relacionadas con el sector inmobiliario alcanzó el 11% a finales de junio, frente al 9,3% de marzo, lo que implica "una aceleración del ritmo de deterioro que no muestra signos de ralentización".

En este sentido, la agencia apunta el impacto negativo de la debilidad de la demanda doméstica sobre aquellas empresas no orientadas a la exportación, particularmente en el caso de las pymes, y advierte de que el elevado apalancamiento de las empresas no financieras y la pérdida de valor de los colaterales inmobiliarios utilizados habitualmente en los préstamos a pymes han incrementado el riesgo de empeoramiento en las condiciones de préstamo al sector.

Por otro lado, Moody's señala que, a pesar de que las pequeñas y medianas empresas se están beneficiando de la mejora de la competitividad por la caída de los costes laborales, "este efecto positivo será sobrepasado por la debilidad de la demanda doméstica y la menor capacidad de mantenerse al corriente de pago".