La economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Catherine Mann, ha reclamado a España que lleve a cabo reformas fiscales que sean favorables al crecimiento para poder avanzar tras los esfuerzos de los últimos años.
"Centrarse en una política fiscal que favorezca el crecimiento sería algo beneficioso que podría hacer España ahora", remarcó Mann en la rueda de prensa de presentación de la última edición de su informe de perspectivas económicas globales.
La economista jefe del FMI destacó que España ha llevado a cabo "muchas reformas" en los últimos años, especialmente en términos estructurales, pero añadió que es necesario que el Gobierno revise la naturaleza del gasto público y la estructura fiscal.
En su opinión, esta sería una manera de avanzar en el lado fiscal, para acompañar las reformas estructurales que ya ha realizado el país y los estímulos que está llevando a cabo el Banco Central Europeo (BCE) en materia de política monetaria.
Durante la presentación, Mann recalcó que la eurozona en su conjunto debe mejorar en los ámbitos de política fiscal, monetaria y de reformas estructurales para lograr un mayor crecimiento económico del que tiene actualmente, que se ve lastrado principalmente por la debilidad de la demanda.
En este sentido, agrega que no toda la zona euro se encuentra en la misma situación, ya que mientras que algunos países han llevado a cabo muchas reformas estructurales y empiezan a ver resultados, otros aún tienen que realizar "mayores esfuerzos". En concreto, destaca que la intensidad de las reformas estructurales ha sido mayor en la periferia de la eurozona.
Además de la recomendación para España, que también aplica a Italia, aconseja a Francia que reduzca presión fiscal al empleo para impulsar la demanda laboral, y a Alemania le recomienda liberalizar la regulación en servicios para estimular inversión.
En términos generales, ve necesario "acciones más ambiciosas" para completar el mercado único, algo que tendría un impacto importante en todos los países, así como paquetes de reformas nacionales creíbles para mejorar la confianza.
En política monetaria, considera que el BCE debe actuar "con decisión" para impulsar el crecimiento y alejarse de la deflación. En su opinión, son necesarias nuevas medidas, además de las ya anunciadas, que acompañen a las reformas estructurales y la finalización de la unión bancaria.
Así, resalta que entre las opciones que tiene la institución presidida por Mario Draghi se encuentran las compras de activos a gran escala, que podrían incluir un aumento considerable de los ABS y bonos garantizados adquiridos, la compra de deuda pública o la compra de deuda empresarial con grado de inversión.
Desde un punto de vista fiscal, cree que la eurozona debe utilizar la flexibilidad incluida en los tratados fiscales europeos para reducir su impacto en la demanda, así como permitir a los estabilizadores automáticos funcionar plenamente.
En el caso de países concretos, Alemania debe aumentar el gasto para fomentar la demanda en la eurozona y hacer frente a sus debilidades estructurales, mientras que un retraso en la consolidación en Francia e Italia podría estar justificado en un contexto de débil crecimiento y nuevas reformas estructurales.