Ryanair aseguró que el vuelo con destino a Lanzarote procedente de Leeds abortó el primer intento de aterrizaje como consecuencia de las condiciones meteorológicas existentes "con fuertes vientos de cola".
Según la aerolínea, durante el segundo intento de aterrizaje, el comandante solicitó "prioridad para el aterrizaje" y el avión aterrizó "con normalidad" solo 15 minutos después de su hora programada de llegada.
Según explica el director de comunicación de Ryanair, Stephen McNamara, los controladores aéreos preguntaron al comandante si estaba declarando una "emergencia por combustible" y el comandante respondió "negativo".
Por ello insisten en que el aterrizaje no se solicitó por falta de combustible "dado que contaba en los depósitos con una cantidad de combustible sustancialmente mayor que la que corresponde con el mínimo combustible para el aterrizaje".