De esta forma, S&P revisa al alza el rating de Indonesia, desde calidad cuestionable a calidad aceptable, y ratifica la perspectiva de 'estable'.
Esta mejora, según S&P, responde a la capacidad del Gobierno de diseñar unos presupuestos "realistas" con capacidad de generar ingresos, algo que en Indonesia es prácticamente "un desafío".
Así, la agencia cree que el Gobierno podrá ser capaz de mantener estabilizados sus ratios de deuda y prevé que se vaya moderando hasta representar el 30% del Producto Interior Bruto (PIB).
Al mismo tiempo, S&P indicó que es necesario que el Gobierno realice un mayor control sobre el gasto, de forma que si lo lleva a la práctica, pronostica que el déficit fiscal podrá mantenerse en torno al 2,5% del PIB de cara a los próximos tres o cuatro años.
De igual modo, la agencia crediticia afirmó que Indonesia requiere de unas "fuertes" finanzas públicas, que funcionen como piedra angular de la economía y que sean capaces de interferir para achacar otras debilidades externas.
Finalmente, S&P hizo alusión al Banco Central de Indonesia, ya que indicó que se trata de una institución que ha tenido un papel "muy importante" para mantener las tasas de crecimiento económico del país y atenuar las crisis financieras, con una "gran independencia".