En concreto, la multinacional llevará a cabo el cierre de dos de sus tres fábricas de televisores en el extranjero y concentrará sus esfuerzos en mercados emergentes como Asia, Oriente Próximo y Africa, mientras que dejará de vender sus productos en regiones no rentables.
"Toshiba integrará sus centros internacionales de producción de televisores en una única localización, frente a las tres actuales, excluyendo factorías de 'joint ventures'", informó la compañía.
De este modo, Toshiba reasignará sus recursos en productos en los que espera un aumento de la demanda, incluyendo las plantallas de grandes dimensiones Ultra HD (4K) LCD TVs,y fortalecerá los servicios en la 'nube'.
Como consecuencia de estas medidas e incluyendo la reasignación de recursos a sus centros en Japón, la plantilla global de su negocio de televisores se verá reducida en un 50%, por lo que quedará reducida a unas 3.000 personas.