No las busques con el GPS, no aparecen (y para llegar a ellas, hay que caminar)
No aparecen en los mapas. No las busques con el GPS del móvil porque tampoco las va a localizar. Son de difícil acceso y vas a necesitar algo más que unas chanclas y buen equilibrio para llegar a ellas… Pero entonces, ¿qué tienen de bueno estas calas? Su exclusividad. Los acantilados rocosos, las entradas de agua cristalina en la arena y la vegetación que rodea a estas playas te harán rozar el nirvana. Estas son las ocho calas que tienes que patear si quieres conocer a fondo Ibiza.Cala Es Portitxol
Se conserva prácticamente virgen y hundida en medio de una montaña rocosa. Tanto su playa como el fondo son de pequeñas piedras que, si bien son incómodas para andar por ellas, son de un color blanquecino muy llamativo. Hay que ir en coche hasta Sant Miquel y tomar la carretera que va a Sant Mateu hasta la Urbanización Isla Blanca. Y a partir de ahí, a caminar: pasea por un camino de tierra con unas vistas a la montaña estupendas hasta que veas asomar unas pequeñas casetas.Sa pedrera de cala d'hort
¿Quieres retrotraerte a los años sesenta en plena fiebre hippie? No te pierdas esta cala, llamada comúnmente Atlantis. No es una playa más, es una cala llena de historia: sus formaciones de roca calcárea fueron concebidas para levantar las murallas de Dalt Vila en el Edad Media y, en el siglo XX fue el lugar de culto y reflexión para la comunidad hippie. Si la visitas, podrás ver pinturas y figuras esculpidas de budas y peces de esta época.Cala Tarida
Es tan pequeña que pasa desapercibida cuando vas de camino a Es Pujolets. Sin embargo, te invito a que hagas una parada en estos 50 metros de cala con aire caribeño. Cuenta con rocas gigantes en las que podrás sentarte a divisar el mar transparente y una playa de arena fina sobre la que te encantará pasear. Se encuentra en cerca de Sant Josep de Sa Talaia y la llaman 'la cala romántica'. ¿Te animas a un atardecer en ella con tu pareja?Cala Xarraca
Esta quizás es la menos 'íntima' de todas. La playa se ha dado a conocer poco a poco mediante el ‘boca a boca’ y su espectacularidad ha atraído como lapas a los turistas más aventureros. El agua adquiere distintas tonalidades entre el turquesa, el cian y el cerúleo que son dignas de ver. Además, su 'semi-cómoda' accesibilidad permite llegar a otras calas más escondidas como Sa Cova de Xarraca o S'Illot des Renclí.Cala Llentrisca
Llega a la Urbanización Los Parques de Es Cubells y anda en dirección oeste 700 pasos de gigante por la cima del acantilado. Cuando veas una entrada de agua cristalina y fondos marinos de piedras y posidonias, habrás llegado. Es la más escondida de todas las calas ibicencas y la de más difícil acceso, pero el recorrido merece la pena.Na Coloms
También es conocida como la Cueva de la Luz… cuando acudas entenderás por qué. Este lugar posee un trozo de Mediterráneo en su seno y lo custodia con severa delicadeza entre las paredes del acantilado. Se trata de una galería subacuática a la que es difícil acceder de cualquiera de las maneras. Verla de cerca es un lujo peligroso.Cala Es Canaret
Desconocida para muchos autóctonos de la isla, esta cala nació con el sello de privacidad desde el primer momento. Este rinconcito de agua y arena era una continuación de la playa de Benirràs hasta que unos 'ricachones' alemanes decidieron plantar una mansión casi en la orilla para poder disfrutar de una playa en exclusiva. Sin embargo, la Ley de Costas prohíbe crear playas privadas, por lo que la familia no tuvo otra que hacer un caminito en su propiedad para que gente como tú pueda hoy acceder a esta entrada de agua.Punta Galera
Playa, playa (como tal) no te vas a encontrar. La arena brilla por su ausencia y, en su lugar, encontrarás un conjunto de rocas laminadas que se mimetizan con el agua serena. Olvídate, por tanto, de la sombrilla y si te apetece también del bañador: esta playa es nudista y cuenta con uno de los atardeceres más famosos de Ibiza. ¿Te vas a perder este momento onírico?