Bolivia confía en que la "doctrina Obama" será democrática y de no injerencia

AGENCIA EFE 22/05/2009 21:08

El vicepresidente de Bolivia se refirió al asunto durante la presentación en La Paz del investigador Peter Kornbluh, quien trabajará en la desclasificación de la información secreta de EE.UU. sobre las dictaduras de Hugo Bánzer (1971-1978) y Luis García Meza (1980-1981).

García Linera dijo que "está claro" que las dictaduras en Bolivia y en América Latina contaron con el apoyo de "ciertas acciones" e "intromisiones" de los diferentes gobiernos estadounidenses, algo que cree que puede cambiar con la administración de Barack Obama.

"No sabemos cuál será la nueva doctrina que emerja de esta era Obama. Confiamos, esperamos que la nueva doctrina tenga un contenido democrático y de respeto a la relación bilateral", dijo.

El funcionario también señaló que la "injerencia" de EE.UU. en Bolivia llegó incluso a la participación de un embajador en un consejo de ministros hace pocos años y a las consultas del Gobierno a la embajada sobre qué personas debían ser nombradas autoridades.

Además, reiteró la denuncia de que EE.UU., en la administración de George W. Bush, respaldó económicamente a la oposición a Morales y dijo que queda pendiente saber si también fue "corresponsable" de las acciones separatistas que intentaron los grupos opositores.

"Tenemos muchas esperanzas en el Gobierno del presidente Obama y las señales que hemos recibido indican que hay una lectura reflexiva y hasta cierto punto autocrítica respecto a cómo llevar adelante la relación entre el Estado norteamericano y el boliviano", comentó.

El vicepresidente emitió sus opiniones un día después de que el secretario adjunto de Washington para América Latina, Thomas Shannon, concluyó una visita dos días La Paz para tratar de dar otro rumbo a las relaciones con el Gobierno de Morales.

Las delegaciones de ambos gobiernos valoraron, tras ese encuentro, la predisposición y las señales que apuntan a una posible reconciliación entre las administraciones de La Paz y Washington, que expulsaron a sus embajadores en septiembre del año pasado.