En la licitación participan la empresa francesa Dassault, con su caza Rafale, la sueca Saab, con el Gripen NG, y la estadounidense Boeing, con el Super Hornet F/A-18 E/F, que deberán presentar sus propuestas definitivas en julio.
Sin embargo, Jobim dio a entender que con Boeing existen algunas dificultades para la transferencia de tecnología que exigen las autoridades brasileñas, debido a ciertas restricciones que impone el Gobierno de Estados Unidos.
El ministro explicó a corresponsales extranjeros que pretende abordar el asunto con las autoridades estadounidenses durante una visita que hará a Washington a partir de mañana.
Su primer compromiso será una entrevista con el subsecretario de Defensa para Adquisición, Tecnología y Logística, Ashton Carter, con quien se entrevistará en la sede del Pentágono, antes de reunirse con el jefe del Estado Mayor Conjunto, Michael Mullen, y con el general James Jones, asesor de Seguridad Nacional.
La licitación convocada por la Fuerza Aérea Brasileña para renovar su flota prevé que los primeros aviones sean entregados en el 2014.
Los 36 aviones sustituirán a todos los modelos de caza que tiene Brasil actualmente (Mirage 2000, F-5M y A-1M), a excepción de los Súper-Tucano, fabricados por la empresa nacional Embraer y usados en operaciones de fiscalización en las fronteras y de combate al narcotráfico.