El Gobierno paquistaní recupera la mayoría parlamentaria

AGENCIA EFE 07/01/2011 08:46

Tras intensas negociaciones con la cúpula del PPP, el Muttahida Quami Movement (MQM, 25 escaños) anunció a sus militantes que el partido se sentará de nuevo en la bancada del Gobierno, pero por el momento no recuperará a los ministros que tenía en el Gabinete antes de la crisis.

En un acto retransmitido por los canales de televisión en la sede del MQM, un líder de esta formación, Razá Harún, aseguró que la decisión se ha tomado después de que el PPP le garantizara que tendrá en cuenta sus posturas.

El mismo primer ministro, Yusuf Razá Guilani (PPP), se desplazó junto al titular de Interior, Rehman Malik, a Karachi, feudo político del MQM, para convencer a sus líderes de que vuelvan a la coalición.

Guilani incluso compareció junto a Harún ante la militancia del MQM, que aglutina los votos de los inmigrantes hablantes de urdu que llegaron de la India tras la partición en 1947, y tendió una rama de olivo a sus hasta hace poco socios.

"Todas las fuerzas progresistas deben trabajar juntas", clamó.

En un guiño al MQM, el primer ministro recordó que su Gobierno dio ayer marcha atrás en su orden de subir el precio de los carburantes con el objetivo de satisfacer las demandas del MQM, que había abandonado el Gabinete por este motivo, entre otros.

Guilani dijo que seguirá en contacto por teléfono durante estos días con el líder del MQM, Altaf Husain, que dirige el partido desde su exilio autoimpuesto en Londres.

El PPP cierra así, por el momento, una crisis parlamentaria que había dejado a la desorganizada oposición con la posibilidad de promover una moción de censura.

El partido del presidente, Asif Alí Zardari, tanteó a la tercera fuerza parlamentaria, la Liga Musulmana-Q (50 escaños), y escuchó las demandas del principal partido de la oposición, la Liga-N del ex primer ministro Nawaz Sharif (90), que incluso dio un "ultimátum" al Ejecutivo aprovechando el nuevo escenario.

La crisis política coincidió además con la muerte hace tres días del gobernador de la provincia de Punyab (este), Salman Tasir, asesinado por su guardaespaldas a causa de sus ideas liberales y su oposición a la ley antiblasfemia paquistaní.

Finalmente el PPP ha recobrado la confianza de su aliado díscolo, pero sigue hallándose entre la espada y la pared para sacar adelante sus iniciativas.

La revocación de la subida del precio de los carburantes ha ablandado al MQM, pero no ha sentado nada bien ni a EEUU ni al Fondo Monetario Internacional (FMI), empeñados en que Pakistán renuncie a los subsidios y acometa otras reformas para recibir ayuda internacional.

"Creemos que es un error revertir el progreso que se estaba haciendo para darle a Pakistán una base económica más fuerte", reaccionó la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton.

El FMI convino en que los subsidios a los recursos energéticos "consumen una gran parte del presupuesto" paquistaní y sostuvo que ese dinero se debería destinar a partidas sociales.

Uno de los orígenes del malestar parlamentario paquistaní fue precisamente la intención del PPP de aprobar una subida del impuesto sobre el valor añadido para acomodar al FMI, que exigía reformas fiscales si Pakistán quería recibir ayuda extranjera.

Aunque los fondos se adivinan necesarios para unas arcas públicas maltrechas tras la catástrofe de las inundaciones de verano de 2010, la mayoría de las fuerzas de la Asamblea Nacional, entre ellas el MQM, mostraron su recelo ante una ley que podía resultar impopular, y la norma sigue sin haberse aprobado.

El PPP, que se quedó solo en la defensa de ésta y otras reformas, ha cedido ahora a las presiones del MQM para desactivar la crisis que lo dejó en minoría.

Agus Morales