Un comunicado del Ministerio de Defensa precisa que el acto se realizó en la sede de la Dirección Nacional de Seguridad afgana (NDS) en Qala i Naw, capital de la provincia de Badghis.
En el exterior del recinto los once insurgentes fueron depositando sus armas sobre cuatro mesas dispuestas para la ocasión.
Mientras, en el interior, se reunía el gobernador de la provincia, Delbar Jan Arman, y un consejo local de ancianos que asumió la autoridad para decidir la aceptación de la reintegración de los insurgentes para volver a sus casas.
Con la entrega de sus armas, los insurgentes se acogen al Programa para la Paz y la Reintegración, cuyo principal objetivo es facilitar la reinserción de los grupos insurgentes que renuncien al uso de las armas y que se comprometan a acatar las leyes vigentes en el país como paso necesario a la pacificación del país.
Así, se les ofrece la posibilidad de acogerse a una amnistía y retornar a sus hogares, con la posibilidad real de aprender un oficio y encontrar trabajo.
Los insurgentes que solicitan la reintegración deben someterse a la aprobación de la autoridad local y de un consejo de ancianos encargado de mediar entre los responsables del Programa y aquellos que desean abandonar las armas y empezar una vida pacífica.
Desde el pasado mes de noviembre y hasta la fecha son ya 351 los insurgentes afganos reintegrados.