Ouattara recibe a representantes internacionales en medio de una tensa calma en Costa de Marfil

AGENCIA EFE 09/12/2010 14:16

Por su parte, el otro presidente investido en el país, Laurent Gbagbo, rechazado internacionalmente, también se mantiene en el Palacio Presidencial y, en una recepción celebrada ayer, pidió a un grupo de ciudadanos que "no tengan miedo", "no se preocupen", y les aseguró que "con el tiempo se abrirán los ojos de la gente".

Sin embargo, los prefectos de algunas de los departamentos en que el Consejo Constitucional anuló las votaciones, favorables a Ouattara, por considerar que hubo irregularidades, han suscrito un documento en el que recalcan que el proceso electoral se desarrolló "con normalidad" en sus circunscripciones.

Esta declaración niega el "fraude" denunciado por Gbagbo, que sirvió a sus aliados del Consejo Constitucional para anular las votaciones en siete departamentos y dar un vuelco al resultado de los comicios anunciado por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI), que daba la victoria a Ouattara.

En Abiyán, mientras tanto, pese a la conciencia de la amenaza de guerra civil expresada por los ciudadanos y medios de comunicación, se ven muchos más vehículos en las calles y algunas instituciones y escuelas han reabierto sus puertas.

Gran número de comercios y servicios han abierto, aunque muchos empleados, especialmente de la administración pública, esperan que se aclare la situación para volver a sus puestos.

Esta tarde, Ouattara tiene previsto recibir a los responsables de la Misión de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI), que encabeza el coreano Choi Young-jin, y posteriormente a los representantes diplomáticos en el país.

Las reuniones se celebrarán después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara anoche una declaración para pedir respeto al resultado de las elecciones, que apunta al triunfo de Ouattara, con el apoyo de Rusia, que en principio había mostrado reticencias.

Las fuerzas de la ONUCI, compuestas por unos 8.000 soldados, también respaldan la posición de la ONU y han creado un fuerte aparato de seguridad alrededor del Hotel Golf, donde Ouattara tiene su sede.

El mando militar de ONUCI también se ha reunido hoy con los responsables de las Fuerzas Armadas marfileñas, que respaldan a Gbagbo, así como con los de las Fuerzas Nuevas, la milicia que apoya a Ouattara, y de las tropas francesas destacadas en el país, con el fin de tratar de evitar un conflicto armado.

Tras la segunda vuelta de las presidenciales, el pasado 28 de noviembre, el 2 de diciembre la CENI publicó los resultados electorales, en los que Ouattara tenía un 54 por ciento de votos y Gbagbo un 46 por ciento.

Sin embargo, el Consejo Constitucional, no aceptó esos resultados, anuló las votaciones en siete departamentos favorables a Ouatrtara y declaró ganador a Gbagbo, con un 51,5 por ciento de votos contra 48,5 por ciento de su rival.

En los días posteriores, ambos contendientes se invistieron como presidentes y designaron sendos primeros ministros, que a su ver formaron sus gabinetes.

Mientras tanto, la ONU, la Unión Africana, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), la Unión Europea y numerosos países -entre ellos EEUU y Francia- e instancias internacionales reconocían la victoria de Ouattara y pedían a Gbagbo que se retirara.

En las últimas horas, Rusia, reticente a reconocer expresamente la victoria de Ouattara, cambio de posición y la admitió en el Consejo de Seguridad, mientras que dos de las principales potencias de África subsahariana, Kenia y Sudáfrica, se han unido a las gestiones para pedir a Gbagbo que abandone y evitar una conflagración.

Gbagbo fue elegido presidente de Costa de Marfil para cinco años en el año 2000, pero se ha mantenido otros cinco en el poder debido al retraso de las elecciones por la guerra civil que dividió al país entre 2002 y 2007, y pretende continuar un lustro más.

El país, de hecho, continua dividido y, mientras el sur está bajo el control de las Fuerzas Armadas, el norte lo controla la milicia de las Fuerzas Nuevas, que no se desarmó tras la guerra.