¿Podría ser la decisión en Vic una primera victoria de la extrema derecha?

ANDRÉS VILLENA OLIVER 15/01/2010 00:00

En lo que coincide casi todo el mundo es en el error que un Ayuntamiento gobernado por fuerzas de centro y centro izquierda acaba de cometer. Para muchos, se trataba de una forma de "desactivar el miedo" y de frenar la expansión de Plataforma per Catalunya, el segundo partido en representación, con cuatro concejales en Vic y un total de 17 en toda Cataluña. Una medida electoralista que no obstante podría producir el efecto contrario. Un periodista conocedor de la política catalana como Jordi García Soler lo resume de manera contundente: "Han votado eso por el miedo. Ni la dirección de CiU ni el PSC están de acuerdo con lo que han hecho. Y la gente no va a votar a la copia como ellos creen, va a votar al original. Si en Vic quieres xenofobia votas a PxC".

Un regalo inesperado

De la misma manera, pero con infinita satisfacción, se expresa el presidente de esta formación, el ex dirigente de Fuerza Nueva y discípulo de Blas Piñar Josep Anglada: "Es el mejor regalo de Reyes que me han podido hacer en la vida. La gente de Vic nos está felicitando y nos dice que estamos abriendo los ojos a la gente. Estos políticos saben que se han equivocado y si volvieran atrás no lo harían. Se les ha ido de las manos. De todos modos, para mí es un honor que partidos de izquierda como PSC y ERC, que promulgan los 'papeles para todos' nos acaben dando la razón".

La decisión, por supuesto, se queda corta para el dirigente autodeclarado "populista", que pide la retroactividad de la norma para 'desempadronar' a miles de inmigrantes inscritos anteriormente en los padrones: "Las Administraciones Públicas pueden hacer esto si quieren. Al inmigrante ilegal hay que expulsarlo". De todos modos, para Anglada, "ya no hay vuelta atrás, en Cataluña nos vamos a modernizar, partidos como este los hay por toda Europa, lo que pasa es que en España vamos siempre con quince años de retraso".

Frente a las Mezquitas, "Catedrales"

Plataforma per Catalunya, que según su líder, podría conseguir "entre cuatro y ocho escaños en el Parlament en las próximas elecciones autonómicas", es un partido "transversal" que pretende distanciarse mediáticamente del calificativo de "ultraderecha", pero que reivindica la "identidad" y los "valores" de Occidente frente "a la invasión del Islam". Su presidente lo dijo con mucha claridad en Colonia en la primavera de 2009 en un Congreso contra "la islamización de Europa": "No queremos mezquitas, lo nuestro son las catedrales". En ello coincide con las manifestaciones del conocido ultra Ricardo Sáenz de Ynestrillas a través de su blog, al que el político catalán se ha declarado cercano en alguna ocasión.

Pero el líder de PxC no pasa precisamente desapercibido. En 2008, los periodistas Joan Serra y Miquel Erra publicaron "Toda la verdad sobre Plataforma per Catalunya. El ultraderechista Josep Anglada al descubierto". Para Joan Serra, la formación tiene un futuro complicado: "Su inconveniente es que nace y acaba donde está su líder, que traza el discurso racista y xenófobo de esta formación. Las pocas voces críticas han sido expulsadas inmediatamente". Anglada, que se ha leído el volumen en un par de ocasiones -"hace tiempo que no lo miro"- no quiere acabar precisamente "como Ciutadans en el Parlament": "En cualquier partido tiene que haber un líder".

¿Desactivarán a Plataforma per Catalunya?

Para los autores del libro, dos periodistas residentes en Vic, este partido político solo aporta miedo y odio: "No proponen nada en lo relativo a la convivencia, a la sanidad, etc." "Anglada solo quiere el poder, tiene clarísimo que ese discurso le da votos, no tiene base política ni ideológica". Según estos autores, la decisión del consistorio podría conseguir "desactivar" a PxC ya que, como han reconocido los propios políticos, quizá "se habían olvidado de la postura de muchos ciudadanos respecto a este problema".

Lo que parece claro es que, al margen de su progresivo crecimiento, Plataforma per Catalunya parece haber cumplido su función en el consistorio barcelonés, ya que la decisión podría llevarse adelante y contribuir a la desprotección de un gran número de ciudadanos que también cuentan con necesidades vitales y sociales. El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha dudado en subrayar la condición humana de los no regularizados, y al juez Baltasar Garzón la decisión anunciada en Vic le transmite un cierto olor a "xenofobia". Los próximos días serían claves.

Todo parece indicar que a Anglada le queda cuerda para rato. En permanente contacto con el Vlams Belang belga y la Liga Norte italiana, el presidente de PxC sueña ya con estar presente en el Parlament catalán. La decisión en Vic podría ser un primer trampolín. El resto lo decidirán los ciudadanos catalanes en unos meses.

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