El albañil acusado de abuso sexual a una menor dice que es inocente y la madre de la niña lo apoya

EFE 24/02/2009 13:50

El juicio sienta en el banquillo a este hombre, en la prisión de Herrera de la Mancha desde agosto de 2007, para quien el fiscal, basándose en la declaración de la menor y en su exploración vaginal, pide una pena de 15 años de prisión por el mencionado delito, cometido supuestamente entre 2004 y el momento de ingreso en prisión del acusado.

Según el Ministerio Público, el procesado -que convivía con la niña al hacerlo con su madre- habría mantenido relaciones sexuales plenas con la menor en al menos cincuenta ocasiones, intimidándola y amenazándola, hasta que ella se cansó y lo contó todo a su madre, que decidió denunciar los hechos, aunque hoy ha matizado.

Por su parte, el acusado ha dicho que su relación con la niña era normal, que incluso velaba por su educación y que, si tuvo alguna discusión o tensión con ella, que ahora tiene 15 años y reside con unos tíos fuera de la región, lo hizo para corregir su comportamiento como habría hecho un padre.

P.A.B.R. se ha declarado analfabeto y ha negado en todo momento las imputaciones, mientras que su compañera y madre de la niña ha explicado que decidió denunciarlos cuando su hija le contó lo que sucedía, pero que "con el tiempo" se fue dando cuenta que aquello podía ser fruto de una niña "con mucha imaginación".

La mujer, que sigue manteniendo la relación con el acusado, ha señalado que terminó por no creer el testimonio de su hija, ya que siempre observó un buen comportamiento de su compañero con ella y que la menor nunca tuvo problemas en el colegio, con las amigas o en su casa que hicieran pensar que algo grave sucedía.

La niña ha declarado por vídeo-conferencia a puerta cerrada y, antes de comenzar la sesión, la madre ha declarado a los periodistas que "es mentira todo" y que su comportamiento podría explicarse porque no se le daba lo que demandaba, que era quedarse unos días en una casa de campo propiedad del padre del acusado, en vez de ir al piso de la ciudad, donde tenían su habitual residencia.