América celebra la decisión de la OEA y pide apertura y democracia en Cuba

AGENCIA EFE 04/06/2009 01:50

"En un día histórico y de reivindicación para los pueblos de nuestra América, la Asamblea General de la OEA derogó hoy sin condiciones la resolución por la que se expulsó a Cuba de esa organización", dijo esta noche el Gobierno de La Habana a través de una nota oficial.

Sin embargo, el Gobierno cubano reiteró que su país no quiere regresar a la Organización de Estados Americanos (OEA).

Como una muestra de que la decisión tomada en la Asamblea fue de consenso, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, acogió con alegría lo acordado en San Pedro Sula (Honduras) y recordó que su país y otras naciones del continente habían insistido en que la "respuesta correcta" era derogar dicha medida.

Sin embargo, Clinton dejó una vez más en claro la posición de Washington frente al posible retorno de la isla a la OEA: "Cuba puede regresar (...) en el futuro si la OEA decide que su participación cumple con los propósitos y principios de la organización, incluyendo la democracia y los derechos humanos".

Desde Honduras, el secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Thomas Shannon, aseguró que el apoyo de Washington a la medida tomada representa "el mayor cambio" de la política de EE.UU. hacia la isla en cuatro décadas.

Al Gobierno de EE.UU. no le interesa "combatir antiguas batallas o vivir el pasado", sino el "compromiso de construir un futuro mejor para todas las Américas", aseveró el funcionario desde Honduras.

Por otro lado, reflejando la visión de la comunidad cubana en EE.UU., la congresista republicana por Florida Ileana Ros-Lehtinen, dijo que la decisión "es un insulto al pueblo cubano y a todos aquellos que luchan por la libertad, la democracia y los derechos humanos fundamentales".

Igualmente, el senador demócrata Bob Menéndez, también de origen cubano, consideró que la resolución "socava los fundamentos de la OEA" y sus miembros desaprovecharon una oportunidad para "reafirmar su compromiso con la democracia y los derechos humanos al trazar una vía sin ambigüedades para el reingreso de Cuba".

En el mismo sentido, el exilio cubano en Miami calificó como "deplorable" la resolución de la OEA.

"Es una vergüenza en todo sentido. Se debió haber impuesto condiciones porque Cuba es un país donde todavía no hay libertades individuales, ni libertad de prensa, ni elecciones y tiene presos políticos", aseguró la directora del Consejo por la Libertad de Cuba (CLC), Ninoska Pérez.

El principal aliado del Gobierno de la isla, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, celebró la decisión y aseguró que "Cuba no está solicitando reintegrarse a la OEA, el gran mérito de Cuba es haber resistido al imperialismo".

Lo acordado en Honduras "ha sido un gran triunfo, sin duda (...) pero no es suficiente, es solo el punto de inicio de una nueva era, porque la OEA está allí con sus mecanismos intactos, el imperialismo intacto", señaló Chávez.

Igualmente, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, celebró la derogación de la suspensión, lo que denominó como un "trozo de chatarra" de la época de la Guerra Fría y dijo que con la resolución, que "fortalece a la OEA", "todos ganan".

Uno de los primeros en reaccionar fue el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, país anfitrión de la Asamblea de la OEA, quien afirmó que se "ha dado un ejemplo de derecho internacional" y alabó "la sabia y honrosa rectificación" del ente continental.

Entre tanto, el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, aseveró que con la decisión de la OEA "se lava una mancha".

Esto supone "una victoria de Cuba", afirmó Ortega desde San Pedro Sula, quien también es uno de los aliados del Gobierno de la isla, y reconoció la contribución de Estados Unidos al acuerdo de consenso.

Desde Argentina, la presidenta Cristina Fernández dijo que "hoy es un día histórico" y destacó que la decisión se tomó "con la presencia de Hillary Clinton (...) y por instrucción del presidente Barack Obama, con el consenso por aclamación de todos los países miembros" de la OEA.

Colombia, país que en 1962 convocó a la reunión que condujo a la suspensión de Cuba del Sistema Interamericano, consideró, a través de su canciller, Jaime Bermúdez, que "esto ha sido un paso enorme que ha dado la OEA, que la fortalece, que habla bien de la organización y (...) de la actitud de todos los países participantes".

También, el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, señaló que hoy se reparó una "injusticia histórica", labor en la cual, añadió, jugó un papel determinante su Gobierno y particularmente el presidente Evo Morales.

En nombre de Chile, el canciller Mariano Fernández recordó que su país "no aprobó la sanción en 1962" y que por eso "celebra seriamente la suspensión de la misma". "La familia interamericana deja de tener este ripio en el zapato que era la situación cubana frente a la OEA", agregó.

Más moderado fue el asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Marco Aurelio García, quien valoró como "un paso positivo", el acuerdo adoptado por la OEA, el cual "crea un nuevo ambiente en América Latina" y en las "relaciones de la región con Estados Unidos".