La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, recoge como probado que en el verano de 2009 y hasta septiembre del año 2010, el acusado, sin antecedentes penales, sometió a diversos tocamientos a la menor, hija de su entonces pareja. Aprovechaba los momento en los que se encontraban solos en el domicilio en el que convivían para abusar de la niña.
La menor, como consecuencia de estos hechos, sufrió alteraciones de ánimo, somáticas y conductuales, llegando a ser ingresada por anorexia en un hospital en el año 2014. Cuando contó lo ocurrido a la psicóloga del Sescam, ésta lo puso en conocimiento de la madre de la menor, que presentó la correspondiente denuncia.