Para el Barça, la parte festiva de tener un caso Neymar son sus goles. La parte dolorosa es que no para de aumentar su precio. El club ha ingresado ahora en Hacienda 13,5 millones por su fichaje. Lo hace para suavizar los efectos de una posible condena por delito fiscal, después de que el juez Ruz imputara al Barcelona el pasado jueves. Aún así el club dice que ni hay delito ni debe nada a Hacienda. El pago corresponde a los tributos de los contratos firmados con las empresas del padre del jugador y otros acuerdos de colaboración y marketing que la fiscalía considera parte del salario del jugador. El Barça lo cifró en cincuenta y siete millones con un millones de euros. La querella de un socio y la investigación de la fiscalía acabó con la dimisión del presidente Rosell. Su sucesor reveló conceptos que elevaban el montante a 86,2. Con el último pago a Hacienda ya son casi 100 millones, que por mucho que se clame al cielo, podrían seguir aumentando si finalmente el Barça es culpable.