En su primer día en Marbella, Michelle Obama disfrutó nada más llegar de la cocina del hotel donde se aloja. Los huéspedes del hotel que se cruzaron con ella ha su llegada han relatado que traían un coche entero lleno de maletas. "Estos llevan maletas como para un año", ha asegurado una joven.
En el hotel, Michelle fue recibida por el director, Ricardo Arranz, que la ha descrito como una mujer "encantadora".
Y aunque la primera dama ha pedido discreción, es fácil averiguar cuales son sus pasos por la comitiva de seguridad que lleva por delante y por la de gente que se agolpa en la calle para verla. En la tarde del miércoles disfrutó de un paseo por las calles de Marbella. A su paso decenas de vecinos y turistas esperaban verla. "Me he dado dos brochazos y me he puesto el traje", explicaba una vecina de avanzada edad.
Pero no solo ciudadanos anónimos querían verla. La actriz Carmen Sevilla se cruzó con la comitiva y pidió saludarla pero el equipo de seguridad se lo impidió.
Michelle aprovechó el paseo para hacer unas compras. En una tienda de de artesanía y bisutería compró dos collares y medio centenar de pulseras. Se gastó 80 euros. Una de sus acompañantes hizo el pago en efectivo. La dueña de la tienda comentó a los medios que la primera dama era "cariñosa y sencilla".
Unos jóvenes vieron como les impidieron salir de otra tienda porque estaban a punto de llegar las mujeres Obama. "Es muy alta y muy elegante", apuntaba una de las chicas que coincidió con ella.
Además de las pulseras, Michelle compró dos vestidos, uno para ella y otro para la pequeña Sasha. Hoy las Obama se han trasladado a Granada, donde visitará la Alhambra.